Polvo negro, muy fino, inodoro, insípido, libre de gránulos. La B.P describe el material preparado de materia vegetal como serrín, turba, residuos celulósicos y cáscaras de coco por procesos de carbonización que intentan conferirle un alto grado de poder adsortivo. La U.S.P describe el residuo de la destilación destructiva de varios materiales orgánicos, tratados por flujo de gas oxidante a alta temperatura para producir una red de finos poros y aumentar su poder adsortivo.
La B.P. especifica que el carbón activado puede absorber de una solución de fenazona no menos del 40 % de su peso. La U.S.P tiene pruebas para su poder adsortivo con respecto a alcaloides y tinturas.
El carbón activado es prácticamente insoluble en todos los solventes usuales.
Las variedades comerciales del carbón difieren ampliamente en sus características, dependiendo especialmente del método de preparación.
El poder adsortivo del carbón depende del área de superficie disponible, incluyendo superficies internas y externas. El área de un carbón de buena calidad puede ser por lo menos de 1000 metros cuadrados/gramo.
Se ha comenzado a utilizar un carbón "superactivado" con un área de superficie tres veces superior a la de preparaciones previas.
El carbón activado disminuye el efecto del jarabe de ipeca cuando se administran simultáneamente por vía oral. Algunos agentes no se adsorven bien como el ácido bórico, cianuro, sulfato ferroso, litio y otras moléculas pequeñas ionizadas.
La presencia de alimentos en el estómago disminuye la eficacia del carbón activado para adsorber tóxicos. La disponibilidad de un antídoto en una intoxicación vuelve innecesario el uso del carbón activado e incluso cuando se usan ciertas sustancias como antídotos por vía oral, como la n-acetilcisteína, pueden ser adsorbidas por el carbón activado y disminuir su utilidad.
Los efectos indeseables del carbón activado por vía oral son mínimos. Una ingestión regular puede afectar el proceso normal de adsorción gastrointestinal.
La administración rápida puede causar náuseas y vómitos, mientras que dosis repetidas producen constipación. Puede causar coloración negra de heces.
Se produce adsorción óptima cuando el carbón se administra en dosis 5 a 10 veces de la cantidad del material ingerido pero lamentablemente rara vez se conoce la cantidad exacta de tóxico ingerido. La dosis recomendada es de 15 a 30 g para niños pequeños y 50 a 100 g para mayores de 12 años y adultos. Como alternativa puede darse 1 a 2 g/kg. de peso corporal.
El uso de dosis repetidas de carbón activado aumenta la eliminación de muchas drogas y los mecanismos propuestos para este efecto son: 1. Interrupción de la circulación enterohepática; 2. Adsorción de drogas secretadas desde el estómago a la luz intestinal; y 3. Adsorción continuada de la droga administrada por vía oral en el tubo gastrointestinal. No ha sido definida una dosis óptima ni la frecuencia de administración del carbón. Se recomienda en adultos 20 a 60 g cada 4 a 12 horas y en niños 5 a 10 g cada 4 a 8 horas. Suele administrarse un purgante salino o sorbitol para prevenir constipación.
Como polvo o en suspención en sorbitol al 70 %.
* NOTA: se han realizado diversos intentos para enmascarar la textura arenosa del carbón activado y obtener formulaciones más aceptables. El sorbitol en solución acuosa al 70 % proporciona una suspención muy dulce y espesa que mejora el sabor y aumentar la aceptabilidad. No modifica la eficacia del carbón y según algunos autores la aumenta.