Esto ha significado la muerte de 18.503 animales. Sin embargo, las ONG estiman que esta cifra podría llegar a los 185.000, ya que, según las especies, entre el 85% y el 97% de los animales envenenados no se encuentran. Además, alertan de la facilidad de acceso al o veneno por falta de un sistema de gestión adecuado de muchos pesticidas o por su tráfico clandestino y piden a las administraciones que, además del uso, penalice también la tenencia de sustancias tóxicas ilegales.