Aunque el problema no es nuevo, se profundizó en los años 90 durante la presidencia de Mijaíl Gorbachov, quien intentó por un breve período prohibir el consumo de alcohol.
Hoy día, agravado por la crisis económica y el aumento del precio del vodka y otras bebidas alcohólicas, el consumo de alcoholes alternativos sigue causando estragos en la población rusa.