Los seres humanos hemos demostrado desde la más remota antiguedad una gran capacidad para modificar ambientes naturales, y en algunos/muchos casos estas alteraciones llevan a la destrucción de los ecosistemas originales. La creación de las ciudades y actualmente las megaciudades, introduce modificaciones tan importantes en el ambiente original que la mayoría de las especies autoctonas u originarias de la región desaparecen, favoreciendo que algunas otras medren y proliferen sin control. Las especies que pueden colonizar esos nuevos espacios son, entonces, las más oportunistas, las invasoras, que son de hecho las que abundan en los ambientes urbanos: murciélagos, ratas, cucarachas y mosquitos ocupan las ciudades y aumentan su población por la ausencia de depredadores naturales.
Los horneros en Rosario: ¿son plaga?
(Sertox)
Las ciudades, al ser ecosistemas artificiales, no tienen un mecanismo
de regulación como ocurre en ambientes naturales, donde el tamaño de las
poblaciones está controlado tanto por los predadores como por otros
mecanismos internos que lo regulan. En la ciudad, lo que se ve son muy
pocas especies con poblaciones muy grandes, que pueden terminar siendo
especies plaga. Esta explicación nos resulta útil también para los
escorpiones, especialmente los tityus, que se alimentan de cucarachas y
que en las ciudades como Rosario se sienten a sus anchas. ¿Qué es una Plaga?. Hay muchas definiciones pero tomamos una simple: un
animal o planta cuyas actividades interfieren con la salud humana o su
bienestar o que afecta sus ingresos economicos. Los limites para
determinar que es y que no es plaga, son tan arbitrarios como la misma
definición. Así las plagas son peligrosas pero no necesariamente dan
lugar a situaciones de riesgo para las personas, entendido riesgo como
un concepto matemático a través del cual puede cuantificarse la
probabilidad de sufrir un daño. En el lenguaje coloquial ambos conceptos
(peligro / riesgo) se suelen utilizar como sinónimos y sobre esa
confusión se han construido muchos de los equívocos sobre las plagas
animales en ambientes urbanos.
En las calles, plazas y parques, edificios públicos y viviendas en
general, existen animales considerados plagas lo que determina un
peligro para las personas de ese lugar. El riesgo de enfermarse por
ellas, en cambio, no depende de la mera presencia de los animales sino
de las formas que asuma la exposición de las personas a los mismos. Es
decir, que la percepción de la existencia de muchas palomas o torcazas
en la ciudad no amerita que sean consideradas plaga. ¿Las palomas son una plaga en Rosario?
No sabemos. Algunos peligros que representan se relaciona con la defecación de las palomas, como las de los gorriones y murciélagos,
tiene una concentración muy alta de amoníaco, por lo cual erosiona, por
ejemplo, algunos monumentos, iglesias, edificios antiguos, etc. . Además, las fecas de estas
especies pueden permitir el desarrollo de unos hongos que producen alteraciones
del sistema respiratorio (histoplasmosis), a veces de cierta gravedad. No conocemos el riesgo, es decir la probabilidad de que haya casos de histoplasmosis en la ciudad atribuibles a las palomas o que se hayan cuantificado los daños producidos en monumentos públicos.
Hasta aquí hemos planteado dos problemas con las palomas: uno localizado
y que por lo tanto puede tratarse con métodos locales como redes u
otros medios físicos para evitar su presencia o el uso de repelentes para que no produzcan daños en sitios determinados. El
otro problema tiene más que ver con la cantidad de ejemplares y para
ello se ha planteado recientemente en Rosario el utilizar un método anticonceptivo químico. Una propuesta mucho menos compleja es prohibir o desalentar el alimentar a las palomas en lugares como la Plaza Montenegro o en el Palomar del Parque Independencia. En este ultimo lugar hay un kiosco, seguramente con autorización para vender granos para las palomas. Es sabido que la abundancia de alimentos en un clima tan benigno como el de Rosario, favorece la multiplicación de esta especie. Desconocemos la
composición del anticonceptivo propuesto, las dosis necesarias, el
tiempo de administración y otros muchos detalles para poder opinar con
cierto fundamento sobre este método. Pero aún desconociendo estos
detalles podemos incorporar una llamada de precaución o advertencia
sobre la inespecificidad del método. ¿Sólo actúa en palomas?. Y en ese
caso sólo en las domésticas o también en las torcazas, palomas manchadas
o picazuros que también existen en la ciudad. ¿O son todas plagas?. ¿Y que pasa con los
horneros?. ¿También los consideraremos plaga por hacer sus casas en
monumentos y otros lugares públicos?. Y los benteveos, y los chingolos, y
las calandrias, y etc. etc, tantas otras hermosas aves que alegran la
vida en la ciudad. Una característica distintiva de Rosario es la cantidad y variedad de
aves que en ella residen, a diferencia de algunas ciudades europeas
puestas como ejemplo, donde sólo se ven gorriones, palomas y algunos estorninos. Creemos que para proponer métodos se debe hacer un
análisis exhautivo de todos las implicancias del mismo: análisis beneficio/riesgo e implicancia ambiental del método propuesto. La racionalidad y
pertinencia de los presuntos reclamos vecinales sobre la
"plaga de palomas" en la ciudad, debe ser evaluada con amplitud e
idoneidad. ¿O queremos una ciudad sin pájaros? Estas lineas
sirven de introducción para publicar la noticia con la propuesta de dar anticonceptivos a las palomas
de la ciudad.
Leer artículo: Advierten que las palomas están cerca de ser una plaga Y la subnota: Proponen un programa de control de natalidad (para palomas).lacapital.com.ar. 19/12/11. El concejal radical Jorge Boasso presentó un proyecto para que el municipio implemente un programa de control de natalidad de palomas.
El edil solicita en la iniciativa el uso de "métodos tendientes a reducir la proliferación de palomas para que no se conviertan en una plaga".
Boasso explicó que para encarar el proyecto "se deberá alimentar a la población de palomas con granos impregnados de sustancias hormonales, debidamente autorizadas, que inhiban la fecundación".
"Este método de control eficaz y seguro se viene utilizando en París (Francia), Ginebra (Suiza) y Luxemburgo. El producto no presenta peligros para las personas ni otros animales domésticos", argumentó Boasso.
El radical señaló que el proyecto surgió frente a "los innumerables reclamos de los rosarinos sobre el incremento desmedido de palomas cuyas excreciones dañan y ensucian desagües, propiedades y fachadas de monumentos y edificios históricos".
"Llegan, incluso, a provocar problemas de salud al ser humano", concluyó Boasso.
En junio del año pasado se había presentado en el Congreso nacional un proyecto que propone que se declare plaga a la superpoblación de palomas en la Argentina.