Recientemente distribuimos una comunicación del Dr. Barry Castleman sobre el documental emitido por la televisión canadiense respecto del uso de asbesto en los países en desarrollo (ver). En el video que acompañaba a dicho texto se pueden observar con claridad las condiciones de vida y de trabajo de buena parte de la comunidad que, en la India, está vinculada con el amianto exportado desde Canadá. Apoyados en la debilidad de los mecanismos normativos y en lo que se percibe como urgente necesidad de desarrollo aunque este no implique sustentabilidad, países del mundo desarrollado, en los que el asbesto esta prohibido por cuestiones de protección de la salud pública, encuentran un espacio en donde comerciar con estas fibras y continuar asi con los procesos productivos: una verdadera transferencia de producto peligroso hacia países con menor capacidad de gestión.
Logo: un mundo sin asbesto es posible
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En los países receptores de amianto éste influye sustantivamente en las formas en que las personas trabajan, habitan, se educan y ocupan el tiempo de ocio: el amianto es un componente de las estructuras edilicias, los enseres, los bienes y está presente en los espacios privados o públicos sujeto a las dificultades esperables en términos de mantenimiento, monitoreo de la salud de expuestos, rehabilitación ambiental, protección de trabajadores, información completa y oportuna. El amianto es, desde ese lugar, un Determinante de la salud y un indicador más de la brecha que separa las oportunidades de acceder a una buena calidad de vida entre los países en desarrollo y aquellos desarrollados. En los últimos 20 años ha ido en constante aumento el número de naciones que han decidido sustituir el asbesto por materiales más seguros en vista de los problemas graves e irreversibles asociados con su presencia. Sin embargo, la disminución en la producción mundial de asbesto no está en equivalencia con esas decisiones: los embarques, simplemente, cambian de lugar. Un verdadero estudio de marketing, llevado a cabo desde los centros de producción, encuentra nuevos sitios en los que las condiciones socioeconómicas – a veces desesperantes – habilitan concesiones ambientales y sanitarias para acordar puestos de trabajo (cuya insalubridad e impactos serian desestimados por infrahumanos en los países exportadores) y constituyen una plataforma para la continuidad de las exportaciones sin siquiera alertar e informar sobre los peligros del asbesto y los riesgos derivados de la exposición.Por esa razón, del mismo modo en que fuera enfocado el perfil de solución para otros químicos (compuestos orgánicos persistentes, por ejemplo) se entiende que solo la decisión de una prohibición mundial podrá poner fin al problema que hoy significa la pandemia de enfermedades ligadas al amianto. A partir de la iniciativa encarada por organizaciones de Perú y de Brasil, la Universidad de Buenos Aires a través de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina, suma un espacio para adherir a esta prohibición global, a la que el Sertox se suma e invita a sus lectores a participar con su adhesión: Manifiesto por la prohibicion mundial del asbesto (castellano – ingles)