¿Qué hago si me pica una carabela portuguesa? Por Cristina Garrido. abc.es. 25/06/19. El contacto con esta «falsa medusa» provoca un dolor muy intenso. Con la ola de calor que se avecina, que elevará los termómetros por encima de los 40ºC, refrescarse en el mar es un plan muy apetecible. Leer también:Physalia physalis, en los últimos días ha irrumpido de forma masiva en la costa de Telde
La picadura de carabela portuguesa provoca, principalmente, afectación local en la zona que ha contactado con los tentáculos y dolor que puede ser muy intenso – ABCPero, cuidado, porque en algunas zonas de Levante la carabela portuguesa (Physalia physalis) ya ha amargado el baño a los que han tenido la mala suerte de cruzarse con ella. El pasado domingo el Ayuntamiento de Benidorm (Alicante) activó durante dos horas el protocolo por carabela portuguesa tras detectar dos ejemplares en aguas de sus playas y asistir a siete personas por picaduras leves. Pero el caso más grave se produjo la semana pasada en Murcia, donde Naomi, una joven de 22 años, ha pasado varios días ingresada tras ser atacada por esta «falsa medusa». «Sentí como si me quemara viva», declaró a La Verdad. «Noté un dolor intensísimo desde la muñeca hasta toda la parte de atrás de la espalda. Me quedé paralizada, no me podía mover y sólo podía gritar», rememoraba. Tal y como explica a ABC el doctor Manuel Linares, coordinador nacional del Grupo de Trabajo de Infecciosas, Medicina Tropical y del Viajero de Semergen, la picadura de carabela portuguesa provoca, principalmente, afectación local en la zona que ha contactado con los tentáculos y dolor que puede ser muy intenso. «Produce inflamación y edema inmediatamente tras el contacto, con la aparición progresiva de pápulas, vesículas, ampollas y posible descamación», señala el doctor. Asimismo puede aparecer sensación de entumecimiento, debilidad, espasmos, dolor muscular, taquicardia y sudoración. «También puede producir una mancha roja en relieve sobre la piel, ulceración, necrosis e infección de la herida, con posterior aparición de cicatrices pigmentadas y queloides (crecimiento desproporcionado del tejido cicatricial)», apunta el experto, que añade que es frecuente la aparición de dolores fuertes abdominales, náuseas, vómitos y cefalea. Una serie de complicaciones que no suelen presentarse cuando la picadura es de una medusa convencional. En los casos más graves, y de forma excepcional, la picadura de carabela portuguesa puede causar «afectación sistémica por el potencial para generar reacciones de hipersensibilidad que tienen sus toxinas». El doctor Linares aconseja tener especial cuidado «en personas alérgicas, niños, embarazadas, personas mayores o con otras enfermedades o problemas de salud que les hagan más vulnerables a los efectos de las toxinas». Ante una picadura, lo primero es sacar del agua a la persona que la ha sufrido y buscar asistencia sanitaria. Si la víctima es una persona alérgica, niño, embarazada, persona mayor o con una enfermedad importante, hay que acudir lo antes posible a un centro médico y vigilar con especial atención la vía aérea, el pulso y el estado del paciente. La zona afectada debe lavarse con agua salada. Nunca con agua dulce ni vinagre, ni soluciones de amoniaco, porque facilitan la absorción de las toxinas. Tampoco se debe frotar la zona con arena ni con la toalla, y hay que evitar exponerla al sol. Para retirar los restos de tentáculos adheridos se deben utilizar pinzas y guantes de plástico o goma para evitar el contacto con las toxinas. Para mitigar el dolor, se puede aplicar hielo, siempre dentro de una bolsa para evitar el contacto con el agua dulce; y tomar analgésicos. Si los ojos están afectados, hay que lavar con abundante cantidad de suero fisiológico durante al menos 15 minutos y acudir a un centro sanitario. En caso de que los síntomas empeoran, el experto recomienda regresar al centro sanitario para que los facultativos valoren si es necesario utilizar cremas con corticoides, vendar la zona y la prescripción de antihistamínicos u otras medida. Con la carabela portuguesa hay que tener cuidado dentro del agua y también fuera. Si encontramos un ejemplar muerto en la arena no hay que tocarlo porque «pueden aparecer síntomas tras el contacto hasta semanas o meses después, debido a la conservación del veneno en los cnidoblastos», recuerda el doctor Linares.