Conoce la nueva tarántula nunca antes vista en Colombia. latribuna.hn. 04/02/16. Dos investigadores colombianos participaron en el hallazgo de una tarántula nunca antes descrita, la cual bautizaron como ‘Aguapanela arví’, como un homenaje a la bebida dulce de pulpa de caña que acostumbran beber los campesinos en las montañas frías del corregimiento de Santa Elena, a media hora de Medellín, según el aracnólogo de la Universidad de la República, en Uruguay, Carlos Perafán.
Las tarántulas de la familia ‘Theraphosidae’, que en el mundo suman 975 especies de 128 géneros, son frecuentes en climas tropicales. Sin embargo, los ejemplares de ‘Aguapanela’ deambulan por los caminos, cuevas de riscos y bosques del parque ecoturístico Arví, en Santa Elena, a 2.400 metros sobre el nivel del mar y en pleno clima de bosque alto andino. Según cuenta el coordinador del Grupo de Ofidismo de la Universidad de Antioquia y miembro del grupo, Sebastián Estrada, quien clasificó a la tarántula, se necesitó un análisis con microscopio electrónico de barrido para determinar si el género (es decir, un conjunto de especies muy cercanas y diferenciadas de otros miembros de una familia) era tan único. A nivel taxonómico, encontraron que las setas o pelos que tienen en sus patas son plumosos, no lisos como los de todas las demás. Su comportamiento tampoco es común. De acuerdo con Estrada, las tarántulas tienen sobre todo hábitos nocturnos: casi siempre los machos salen de sus escondites al atardecer, en busca de sus hembras. Sin embargo, la ‘Aguapanela’ hembra también sale de su cueva al caer el día. Asimismo, las tarántulas de Colombia no son muy agresivas, pero la ‘Aguapanela’ tiene un ritual que deja ver lo opuesto: si siente que la van a atacar, como ninguna otra en su tipo, se sienta sobre el abdomen, levanta las dos patas delanteras, expone desafiante sus colmillos y libera minúsculas gotas de veneno. Al analizar ese líquido, continúa Estrada, los científicos encontraron unas características nunca vistas en Colombia, que siguen siendo exploradas para identificar su grado de toxicidad. Si bien los venenos de las tarántulas colombianas suelen generar apenas un dolor o pequeña inflamación, se desconoce todavía el riesgo de la mordedura de las ‘Aguapanela’ El descubrimiento de Estrada, Perafán y Yeimy Cifuentes, aracnóloga de la Universidad Nacional, no fue fortuito. Hace ya algunos años, el primero había recibido unas fotografías de un familiar que vive en Santa Elena en las que aparecía una enorme tarántula que, entonces, solo daba señas de tener un aspecto distinto al de las demás. “Lograrlo fue grande desde lo académico. Es común caracterizar especies nuevas, pero caracterizar un género es poco frecuente”, expresa el científico antioqueño, entregado al estudio de los venenos en el mundo animal. La nueva especie está documentada en un artículo científico de la revista neozelandesa ‘Zootaxa’, que edita trabajos en el área de taxonomía zoológica. Lo que resta, además de análisis más profundos sobre el veneno, es medir la población, identificar su hábitat y continuar con el estudio de otra especie de tarántula, también encontrada en el Arví, en el que trabajan los tres expertos. “La tarántula está a un paso de Medellín, que, aunque está muy intervenida arquitectónicamente, todavía nos da la suerte de descubrir lo que ignoramos de su biodiversidad”, concluye.