Yarará en el río Paraná II (Arroyo Seco)
El veneno de la yarará, yarará ñata y víbora de la cruz (nombres comunes con los que se conocen distintas especies del género bothrops) producen síntomas y signos semejantes, variando de intensidad de acuerdo principalmente a la cantidad de veneno inoculado.
Siempre hay dolor en lugar de la picada, que aumenta progresivamente. La mordedura deja la marca de los dos orificios que corresponden a los colmillos o grandes dientes inoculadores, separados entre si por una distancia de un centímetro o más (en el caso de mordedura de ejemplares muy grandes puede ser hasta 3 o 4 centímetros).
La región afectada comienza e hincharse gradualmente y pueden aparecer manchas rosadas o violáceas y ampollas que contengan sangre en el interior. Estas lesiones pueden luego infectarse y aparecer fiebre.
Cuando se han inoculado grandes cantidades de veneno pueden ocurrir hemorragias por la nariz, encías, bordes de las uñas, cuero cabelludo y también por la orina que se vuelve roja y turbia. La presencia de sangre incoagulable indica siempre gravedad.
En casos más graves puede ocurrir que desciende la presión sanguínea y la circulación, quedando el individuo muy pálido, con la piel fría y sudorosa y con riesgo para su vida.
En los casos mortales la muerte casi nunca sobreviene antes de 6 a 12 horas, si no se realiza tratamiento específico.
Es necesario saber que la mayoría de las picaduras de ofidios se producen en los pies y después en piernas y manos. Una medida preventiva fundamental es utilizar calzados adecuados cuando se está en lugares de peligro de accidentes, como botas de materiales resistentes, cuero, caucho, etc.
Otras medidas adecuadas son examinar en forma cautelosa los terrenos donde se va a trabajar y no introducir las manos en huecos o lugares donde pueden estar las víboras. Se debe evitar la captura o matanza de animales que se alimentan de ofidios como algunas víboras ofiófagas.
Ante el encuentro con una víbora o al producirse el accidente es preferible no tratar de capturarla y si se lo intenta, tomar precauciones para evitar picaduras.
No es necesario capturar la víbora para un tratamiento correcto. El diagnóstico se hace por la clínica y el tiempo de coagulación (TC).
Algunos consejos útiles al socorrer a una persona mordida por una víbora:
- No asustarse y tranquilizar a la víctima. La calma ayuda a actuar correctamente.
- Evite que el envenenado se mueva mucho. Manténgalo en reposo y evite que corra. Una posición adecuada es acostado con la cabeza baja.
- No succione ni haga cortes en el lugar de la mordedura. No use torniquetes.
- No administre ni permita que tome bebidas alcohólicas ni remedios caseros, como aceite de ricino. Pueden administrarse infusiones de té o mate cocido.
- No friccione en el lugar de la picadura con ninguna sustancia (ni alcohol, ni kerosén, etc). No coloque hielo.
- Traslade al afectado al médico para la administración de suero antiofídico.
El suero antiofídico debe ser utilizado únicamente por médicos
o personas que conozcan el tema. Para calcular la cantidad
hay que evaluar la gravedad del accidente por las lesiones
locales y por el TC. Pueden ser necesarios 100 mg en casos
benignos y hasta 400 mg e incluso más en casos graves. La
vía de administración de preferencia es la subcutánea.
El SerTox Sanatorio de Niños dispone de suero elaborado en
el Instituto Nacional de Microbiología y cedido por el Ministerio
de Salud Pública (Area VIII): Antiveneno Bothrops bivalente
Fcos ampollas de 10 ml y suero elaborado por el Instituto
Butantan de Brasil.
Ofidios* A partir del año 2004, en SERTOX no usamos más el término accidente. [
Ver ]