Aunque aún no se ha aprobado definitivamente, todo apunta a que la nueva directiva europea dará luz verde a la venta de cigarrillos electrónicos en el territorio europeo. Por si acaso, los lobbies de la industria tabaquera, recelosos, continúan desplegando sus armas para asegurar que dicha autorización llega a buen puerto. Entre otras, la publicación de trabajos que en teoría avalan los beneficios de este producto. El último, difundido en las páginas de la revista ‘PLoS ONE’. Según este estudio, casi una de cada 10 personas dejan de fumar gracias a los cigarrillos electrónicos. Al menos durante un año, que es el tiempo durante el cual se prolongó la investigación. Un grupo de científicos de la Universidad de Catania (Italia) reunió a 300 fumadores sin intención de abandonar este hábito. "Simplemente, tenían curiosidad por un producto electrónico tan parecido al cigarrillo tradicional y querían probarlo", aseguran los responsables del artículo. Se les dividió en tres grupos: el que utilizaba e-cigarrillos con 7,2 mg. de nicotina,otro que fumaba cigarrillos electrónicos de 5,4 mg. y los que recibieron cartuchos para este producto electrónico sin nicotina. El 13% de los que habían usado las dosis más altas de nicotina dejó de fumar, en comparación con el 9% del siguiente grupo y con el 4% de los que no consumieron nicotina. Aunque no hubo un grupo control para saber cuántas personas se habrían librado de esta adicción por sí mismas, los investigadores creen que sin este dispositivo, menos de un 2% habría dejado de fumar al cabo de un año. Los resultados, afirma el principal autor, Riccardo Polosa, demuestran un "importante abandono del tabaco" y también "una significativa reducción de su consumo". De hecho, entre el 9% y el 12% de los participantes de los dos primeros grupos redujeron a la mitad el número de cigarrillos. Todo esto, agrega Polosa, "se traduce en menos riesgos para la salud". Dudas justificadas Sin embargo, a pesar de estos últimos hallazgos, la comunidad científica sigue debatiendo los beneficios del producto electrónico. "Realmente no hay estudios firmes y serios que demuestren su ventajas y, lo más importante, su seguridad", señala Francisco Rodríguez Lozano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Una investigación publicada en la "revista científica más prestigiosa en cirugía torácica, ‘Chest’, describía lesiones pulmonares relacionadas con el e-cigarrillo […] No sabemos qué llevan (unos tienen nicotina y otros no, no están etiquetados ni regulados) ni cómo afectan en la salud del consumidor, así que no deberían autorizarse hasta que no haya más información sobre su seguridad", argumenta este experto español. El problema, agrega, es que hay muchos intereses por medio. "En EEUU, las empresas de tabaco tradicional están empezando a introducirse en el mundo de los cigarrillos electrónicos, aparecen en anuncios de televisión con nombres muy parecidos a las marcas habituales. Hacen propaganda del cigarro tradicional a través del electrónico". Lobbies de la industria tabaquera Los intereses comerciales son muy fuertes y de ahí que muchos de los ensayos desarrollados a favor de los e-cigarrillos estén financiados por empresas que trabajan en el sector. Sin ir más lejos, el trabajo de ‘PLoS ONE’ está en parte financiado por una compañía que se lucra de la venta de cigarrillos electrónicos. Al parecer, nada sorprendente. Según cuentan tanto el presidente de la CNPT (Rodríguez Lozano) como el vicepresidente, Francisco Camarelles, el equipo de Polosa es muy conocido por su persistencia en demostrar las ‘virtudes’ del producto electrónico. "Este grupo italiano y otro estadounidense han bombardeado a todos los diputados del Parlamento europeo para incluir el e-cigarrillo como producto médico […] Está habiendo mucha presión", subrayan. De momento, insisten los especialistas españoles, "nuestro posicionamiento es claro: No sabemos lo que tiene el cigarrillo electrónico y, por lo tanto, son necesarios estudios independientes y serios que demuestren su eficacia y su seguridad". Mientras tanto, "este dispositivo no debería usarse para dejar de fumar". Hay otros productos que sí se pueden comprar en las farmacias (chicles y parches de nicotina o medicamentos con receta médica) que "han demostrado su eficacia para paliar el ‘hambre’ de nicotina y aliviar el deseo compulsivo de fumar". Hoy por hoy, al menos en España, la venta de los e-cigarrillos está en terreno de la alegalidad, matizan. La directiva europea está en proceso para su aprobación. De hecho, "ahora se encuentra en fase de enmiendas", detalla Rodríguez Lozano. Algunos grupos apuestan por la venta libre de los e-cigarrillos, otros por que entren en la legislación sobre medicamentos y otros prefieren dejarlos bajo el ámbito directo del tabaco (ahora no se consideran tabaco) y que se comercialicen con autorización previa". El próximo 10 de agosto se votarán las propuestas y, después, el acuerdo deberá pasar por el Parlamento. Habrá que ver también cómo se pronuncia la agencia reguladora de medicamentos y productos sanitarios en EEUU, la FDA, al respecto.