Las propiedades de la aceituna de mesa se adquieren durante el proceso tradicional de salmuera. / Fundación DescubreLa variedad Aceituna Aloreña de Málaga elegida cuenta con Denominación de Origen Protegida (DOP). Los científicos han tomado muestras en las empresas productoras, lo que les ha permitido caracterizar sus propiedades probióticas, es decir, los beneficios para la salud que se obtienen de las distintas bacterias presentes en los alimentos. Los resultados han sido publicados por la revista Scientific Reports.
Secuestro de metales
Los metales pesados son elementos químicos que presentan cierta toxicidad para el ser humano, si bien algunos son esenciales (el hierro o el zinc, por ejemplo). En los ámbitos europeo y estatal existen normativas que regulan las cantidades máximas permitidas de este tipo de sustancias en los alimentos, por suponer una fuente de primera magnitud. Además, se han hecho públicas recomendaciones para ciertos colectivos sensibles, como menores o embarazadas, donde se apunta a una exposición aún más limitada.
La capacidad de secuestrar metales es singular en este caso. Se debe a un mecanismo de adaptación de una de las bacterias (Lactobacillus pentosus) presente en la aceituna, cuya información está codificada en una pequeña molécula de ADN conocida como plásmido.
“En las bacterias, los plásmidos albergan un material genético adicional al presente en el cromosoma, que están implicados en varios procesos como la resistencia a patógenos o a los antibióticos. La fermentación permite a estas bacterias crecer y en ese hábitat expresan una serie de genes, como este, cuyo fin es garantizar existir y subsistir en el medio”, apunta Abriouel.
Junto al análisis de laboratorio, en este trabajo, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el grupo de investigación ha llevado a cabo un análisis por ordenador de la información genética, contrastándola con la registrada hasta la fecha. Como resultado, han encontrado que la parte del ADN responsable de atrapar metales pesados es exclusiva de esta bacteria aislada de aceitunas.
“Una característica de los plásmidos es que se pueden intercambiar entre microorganismos, pasan de uno a otro, pero no siempre. Este es uno de esos casos donde no ocurre, de modo que son elementos genéticos que no figuraban hasta ahora en ninguna base de datos”, concluye la responsable del trabajo.
Referencia bibliográfica:
Abriouel H, Pérez Montoro B, De la Fuente Ordoñez JJ, Lavilla Lerma L, W. Knapp C, Benomar N. ‘New insights into the role of plasmids from probiotic Lactobacillus pentosus MP-10 in Aloreña table olive brine fermentation’. Scientific Reports. Doi: 10.1038/s41598-019-47384-1