Los hidrocarburos (HC) son compuestos orgánicos constituidos predominantemente por moléculas de carbón e hidrógeno. Son clasificados en 4 tipos basados en el ordenamiento de las moléculas de carbón:
Destilados del petróleo: kerosén, gasolina, nafta, aceites minerales, etc . Estos productos son procesados a partir de los crudos y contienen hidrocarburos alifáticos y aromáticos saturados e insaturados en cantidades variables. Se los utiliza como combustibles, como vehículos de plaguicidas, solventes de pinturas, agentes de limpieza, etc. El aceite mineral cuyo nombre habitual es la vaselina líquida, se emplea como protector solar o como laxante.
El pulmón es el principal órgano diana de la
toxicidad por hidrocarburos. La toxicidad pulmonar aparece
fundamentalmente por aspiración. La toxicidad pulmonar
del hidrocarburo aspirado es el resultado de la inhibición
de la actividad surfactante y de la lesión directa
de los capilares y el tejido pulmonar.
El riesgo de aspiración depende de las propiedades
de viscosidad, volatilidad, y tensión superficial del
hidrocarburo. El mayor riesgo de aspiración corresponde
a un producto de baja viscosidad, baja tensión superficial
y gran volatilidad.
Es importante señalar que los hidrocarburos son utilizados
muchas veces con vehículos de sustancias potencialmente
más tóxicas, tales como plaguicidas, alcanfor
y metales pesados. Por lo tanto es necesario tener en cuenta
estas asociaciones para valorar el riesgo y orientar el tratamiento.
Evaluar y estabilizar al paciente Oxígeno, en todo paciente con síntomas de distress respiratorio. Realizar medición de gases en sangre P02 menor 50mm o PCO 2 mayor de 50 son candidatos a recibir apoyo ventilatorio mecánico e ingresar en unidades de cuidados intensivos.
Radiografía de tórax: más del 65 % de los pacientes con sospecha de aspiración muestra alteraciones en la radiografía , estas alteraciones pueden aparecer desde los 30 minutos post exposición hasta las 12 horas después. Sin embargo la mayor parte de las alteraciones apareces a las 6 horas de la exposición y pueden alcanzar su punto máximo a las 72 horas de la exposición. Pueden tardar 2 a 3 semanas hasta la recuperación completa. La correlación entre la radiografía y la clínica es escasa por lo tanto no puede utilizarse para seguir la evolución del paciente. Las alteraciones agudas que se observan con mayor frecuencia son infiltrados bilaterales (en el 65% de los casos) los infiltrados basales derechos (en un 30%) y densidades puntiformes perihiliares (en un 5%)
Decontaminación: es muy controvertido el empleo de medidas de rescate. Sin embargo en algunas situaciones el vómito inducido con jarabe de ipeca podría resultar beneficioso, por ejemplo ante grandes ingestiones o ingestiones de destilados del petróleo que contienen aditivos, etc. La implementación de lavado gástrico puede ser de utilidad en aquellos pacientes expuestos a volúmenes grandes de HC y que requieran intubación o bien en niños expuestos accidentalmente a pequeñas cantidades y que también requieran intubación. No se recomienda inducir el vómito con jarabe de ipeca en los siguientes casos:
a) ingestión de destilados de petróleo muy viscoso que se absorben poco en el tracto gastrointestinal como aceites de automóviles, laxantes, etc.
b) ingesta de destilados de petróleo muy volátiles que se absorben mal en como lustra-muebles.
3) pacientes con vómitos espontáneos.
El uso del carbón activado no parece tener utilidad ya que no se une a la mayoría de los productos destilados del petróleo ni a otros compuestos de HC
Laboratorio: Hemograma, análisis metabólico, pruebas de funcionabilidad hepática y renal, gases en sangre. Es frecuente encontrar leucocitosis en las primeras 48 horas. que puede estar acompañada de fiebre. La presencia de fiebre y leucocitosis no implica el empleo rutinario de antibióticos ya que se sabe que la aspiración de HC produce esta alteraciones al igual que el infiltrado pulmonar durante las primeras 48 horas, sin embargo la persistencia de los mismos y la ausencia de mejoría clínica indican el uso del tratamiento antibiótica (muy infrecuentemente).
Purgantes salinos , tipo Leche de Magnesia y dieta libre de grasas
Son los solventes industriales de uso más amplio.
Tetracloruro de carbono (CCL4)
Usos : en la fumigación de granos y como insecticida. Se lo utilizó con fines médicos, también como quitamanchas y limpiador de alfombras.
La exposición transitoria a vapores de CCL4 ocasiona
irritación de ojos, vías nasales, faringe, náuseas,
vómitos, sensación de plétora cefálica,
mareos y cefalalgia, síntomas que tienden a desaparecer
si la exposición es transitoria. De lo contrario, progresa
a las convulsiones, estupor, coma y muerte por depresión
del SNC. Las causas de muerte son la fibrilación ventricular
o la depresión de las funciones bulbares.
Entre los efectos tardíos están los trastornos
gastrointestinales. Los efectos más graves son los
hepatotóxicos y los renales. Después de varias
horas o hasta 2 o 3 días pueden aparecer signos y síntomas
de daño hepáticos sin que hayan aparecido efectos
más tempranos en el SNC. Existe un aumento importante
de los valores de las transaminasas. Hay esteatosis hepática
y necrosis centrolobulillar del hígado.
Se piensa que la intoxicación por CCL4 se produce por
reacción de radicales libres con lípidos y proteínas,
sin embargo esto es motivo de controversia. El radical libre
causa la peroxidación de lípidos poliénicos
del retículo endoplásmico y la generación
de radicales secundarios derivados de tales lípidos,
lo que constituye una reacción en cadena. Esta peroxidación
destructiva culmina en la rotura de la membrana y pérdida
de la función y si se consume una cantidad suficiente
de CCL4 aumenta el calcio intracelular y se produce la muerte
celular. Con la peroxidación de lípidos se forma
una serie peculiar de metabolitos no enzimáticos del
ácido araquidónico, llamados isoprostanos, que
pueden ser de utilidad diagnóstica para identificar
la peroxidación lipídica.
La causa más frecuente de letalidad es la lesión
renal. En intoxicaciones leves puede aparecer una oliguria
reversible en pocos días. En intoxicaciones no mortales
existen 3 fases: en la primera, después de 2 o3 días
cede la oliguria, pero permanecen altas concentraciones de
creatinina y urea en plasma. La segunda comienza con la disminución
de ambos metabolitos y la tercera, un mes después de
la lesión inicial, comienza con mejoramiento del flujo
sanguíneo y la filtración glomerular; se restablece
la función renal después de 100 a 200 días.
El tratamiento de urgencia de la intoxicación por CCl4
debe iniciarse de inmediato ante la sospecha de absorción
de cantidades tóxicas del producto. Es de utilidad
para la decontaminación interna el carbón activado.
Si la exposición fue a vapores se debe alejar al paciente
de la fuente. Evitar la hipoxia en todo paciente con depresión
sensorial y se debe tratar las insuficiencias hepáticas
y renal.