La mayoría de los estudios científicos realizados hasta el momento han puesto el foco en los daños que ocasiona la exposición ambiental a los contaminantes sobre la función del sistema reproductivo, respiratorio y nervioso a través de múltiples generaciones, pero esta nueva investigación, publicada en la revista ‘”Science”, tiene por objeto analizar cómo el sistema inmunológico también se ve afectado.
La hipótesisLa hipótesis de los autores del estudio de que la exposición a la dioxina, que se une a una proteína en las células llamada AHR, altera de alguna manera la transcripción de las instrucciones genéticas. La exposición en sí no desencadena una mutación genética, sino que altera la maquinaria celular por la que se expresan los genes y este fenómeno se transmite a las generaciones posteriores.