La ONU pide reducir el consumo de carne para frenar el cambio climático. agenciasinc.es. 08/08/19. Aunque la quema de combustibles fósiles es lo que recibe mayor atención, el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU advierte que para frenar el calentamiento global es esencial la reducción del consumo de carne, además de medidas en contra de la deforestación y en favor del uso sostenible de la tierra.
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Las vacas producen una gran cantidad de metano, un potente gas de efecto invernadero, al digerir sus alimentos. / PixabayLos esfuerzos para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y los impactos del calentamiento global se quedarán muy cortos sin cambios drásticos en el uso global de la tierra, la agricultura y la dieta humana, según advierte el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El documento especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, publicado hoy en Ginebra, analiza el papel de las decisiones sobre manejo de la tierra tanto para reducir como para adaptarse al calentamiento global. Destacan entre las medidas la necesidad de preservar y restaurar los bosques, ya que absorben el carbono del aire, y las turberas, porque liberan carbono si se desentierran. El ganado criado en pastizales de bosques despejados es particularmente intensivo en emisiones, dice el informe. Las vacas también producen una gran cantidad de metano, un potente gas de efecto invernadero, al digerir sus alimentos. El documento corrobora que las dietas equilibradas que contienen alimentos de origen vegetal y de origen animal producidos de forma sostenible "presentan grandes oportunidades para la adaptación y la mitigación, a la vez que generan importantes beneficios colaterales en términos de salud humana". “No queremos decir a la gente qué comer”, dice Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad. “Pero sería realmente beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la política creara incentivos apropiados a tal efecto”. Aumento de la deforestaciónPara 2050, los cambios en la dieta podrían liberar millones de kilómetros cuadrados de tierra y reducir las emisiones mundiales de CO2 hasta en ocho mil millones de toneladas al año, en relación con la situación actual, según los científicos. Los investigadores también señalan la importancia del informe para las selvas tropicales, donde aumentan las preocupaciones sobre la aceleración de las tasas de deforestación. La selva amazónica es un enorme sumidero de carbono que actúa para enfriar la temperatura global, pero las tasas de deforestación están aumentando, en parte debido a las políticas y acciones del gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro. “Desafortunadamente, algunos países no parecen entender la necesidad urgente de detener la deforestación en los trópicos”, dice Pörtner.“No podemos forzar a ningún gobierno a interferir. Pero esperamos que nuestro informe influya lo suficiente en la opinión pública a tal efecto”. Si no se detiene, la deforestación podría convertir gran parte de los bosques amazónicos en un tipo de desierto degradado, liberando posiblemente más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera en 30 o 50 años, afirma Carlos Nobre, científico experto en clima de la Universidad de São Paulo, en Brasil. El informe advierte que la tierra debe seguir siendo productiva para alimentar a una población mundial en aumento. El calentamiento aumenta el crecimiento de las plantas en algunas regiones, pero en otras –incluyendo el norte de Eurasia, partes de Norteamérica, Asia Central y África tropical– el aumento del estrés hídrico parece reducir la tasa de fotosíntesis. Por lo tanto, el uso de cultivos para biocombustibles y la creación de nuevos bosques –considerados como medidas con potencial para mitigar el calentamiento global– deben gestionarse cuidadosamente para evitar el riesgo de escasez de alimentos y pérdida de biodiversidad, dice el informe. Afectará a la seguridad alimentariaLos expertos también destacan que los agricultores y las comunidades de todo el mundo deberán hacer frente a lluvias más intensas, inundaciones y sequías como resultado del cambio climático. La degradación de la tierra y la expansión de los desiertos amenazan con afectar la seguridad alimentaria, aumentar la pobreza e impulsar la migración, según el informe. Alrededor de una cuarta parte de la superficie terrestre de la Tierra parece sufrir ya la degradación del suelo, y se espera que la crisis climática empeore las cosas, en particular en las zonas costeras bajas, los deltas de los ríos, las tierras secas y las zonas de permafrost. Las prácticas agrícolas industrializadas son responsables de gran parte de la erosión y la contaminación del suelo, dice Andre Laperrière, director ejecutivo de Global Open Data for Agriculture and Nutrition, con sede en Oxford (Reino Unid), una iniciativa para hacer accesible a todo el mundo la información científica pertinente. “Necesitamos una transformación radical hacia un uso global de la tierra y un sistema alimentario que satisfaga nuestras necesidades climáticas”, dice Ruth Richardson, directora ejecutiva de la Alianza Global para el Futuro de la Alimentación, una coalición estratégica de fundaciones filantrópicas con sede en Toronto, Canadá. Un informe especial publicado el año pasado concluyó que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que alcanzaron un máximo histórico de más de 37.000 millones de toneladas en 2018, deben disminuir drásticamente en un futuro muy cercano para limitar el calentamiento global a 1,5 grados, y que esto requerirá una acción drástica sin más demora. Los gobiernos de todo el mundo considerarán las últimas conclusiones del IPCC en la cumbre climática de la ONU que se celebrará el mes próximo en Nueva York. ______________________________________________________________________________________________________________________________
Leer también: ¿Por qué dice la ONU que comer menos carne beneficiará al planeta? Por Arancha Ríos. 20minutos.es. 09/08/19. Estas son las cifras de la ‘huella cárnica’ ARANCHA RÍOS @aranchariosp – 07:16H El 37% de las emisiones globales están asociadas a la producción mundial de alimentos. La conclusión del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU es solemne: nuestros hábitos alimenticios pueden salvarnos o abocarnos hacia un desastre medioambiental sin precedentes. Los datos hablan por sí solos. Los 107 expertos que han elaborado el documento advierten que el 37% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se producen a partir de la producción mundial de alimentos; el 23% proviene de la agricultura, la deforestación y los incendios forestales. Además, se derrocha entre un 25 y 30% de la comida que se produce en el planeta, que es responsable de un 10% de las emisiones globales. PUBLICIDAD inRead invented by Teads "Estos porcentajes son bastante significativos. Nos está diciendo a cada persona del planeta que el hacer la compra diaria tiene efectos, y muchos", explica a 20minutos.es Julio Barea, responsable de campañas de Consumo y Biodiversidad de Greenpeace España. A los datos aportados por el informe, Barea añade los relacionados con uno de los hábitos alimenticios más comunes en España: el consumo de carne. "Para lograr los objetivos de los Acuerdos de París, en el año 2050 no deberíamos consumir más de 300 gramos a la semana en nuestro país". Es decir, dos hamburguesas medianas en siete días. Mientras que la carne no es necesaria para vivir, el ser humano no puede aguantar más que un par de días sin beber agua. Y este recurso, advierte, no lo estamos cuidando. La desertificación puede ser una de las peores consecuencias que sufra el planeta y, por ende, el ser humano. "El cambio climático va a producir disputas, por lo que digo de que sin agua nadie puede vivir. Nadie. Se hablaba de las famosas próximas guerras por el agua, por supuesto. Porque por agua mataríamos, eso es evidente", advierte. Tras la publicación del informe, los ecologistas explican que, el ciudadano de a pie, tiene un alto grado de responsabilidad: el mero hecho de elegir qué comer afecta de una manera u otra en la lucha al planeta. "Nos están diciendo: señoras y señores, hay que cambiar la manera que tienen ustedes de alimentarse si queremos mantener la temperatura global de la Tierra", explica el ecologista. "Esto lo podemos hacer ya. Mañana mismo cuando vayamos a hacer la compra". A nivel estatal, los distintos gobiernos también pueden actuar apostando por incentivar la agricultura tradicional, las pequeñas explotaciones o las producciones ecológicas. Sin embargo, según Barea, estas medias no se están llevando a cabo. Por el momento, Teresa Ribera, la ministra para la Transición Ecológica en funciones, ha respaldado este jueves el llamamiento de los expertos en favor de una dieta más sostenible. La dieta ideal para combatir el cambio climático La ONU nos pide que, a partir de ahora, pongamos especial atención a nuestro menú. El ideal, según el ecologista de Greenpeace, es aquel compuesto por ingredientes vegetales, "con más frutas y verduras", con cereales y semillas. Más que dejar de comer carne, la clave está en reducir su consumo y comprando "productos animales procedentes de pequeñas explotaciones, más sostenibles, ecológicas y de cercanía". Además, repensar la manera en que se producen y consumen los productos alimenticios ayudaría a disminuir el número de personas con sobrepeso (2.000 millones) y de individuos malnutridos (un total de 800 millones) en todo el mundo.