En el año 2015, el Convenio de Rotterdam, que regula los plaguicidas y productos químicos peligrosos en el comercio internacional, lo agregó a la lista de productos que han sido prohibidos. Entró a la categoría de severamente restringido por razones sanitarias o ambientales, como un plaguicida tóxico para la salud.
Sandra Cortés, investigadora asociada ACCDiS e integrante de la RED de Investigadores en Plaguicidas. Foto: U. Católica del MauleSandra Cortés señaló que como RED esperan que se continúe restringiendo el uso de otros plaguicidas, especialmente aquellos que producen efectos agudos cada vez menos frecuentes. “Pero también esperamos se restrinjan otras sustancias asociadas a efectos crónicos en salud, por ejemplo el clorpirifos o el glifosato, tal como lo han hecho varios países europeos o Estados Unidos”, resalta.