
El tratamiento principal para la intoxicación por monóxido de carbono es la terapia de oxigeno en el hospital. Esto implica que el paciente inhale un grado de cien por ciento de oxigeno para permitir que este gradualmente reemplace la carboxihemoglobina en la sangre. El tratamiento debe continuar hasta que los niveles de carboxihemoglobina se reduzcan a menos del diez por ciento.En muchos casos se utiliza la terapia con oxígeno hiperbárico. Este proceso inunda al cuerpo con oxigeno en una cámara presurizada y puede ser utilizado cuando el paciente ha sido expuesto al monóxido de carbón por un largo período de tiempo o al tener posibles daño en los nervios.