El relevamiento indica que el herbicida tiende a adherirse en el fondo y se acumula en el barro.La investigación –llevada cabo con la cooperación de Prefectura Naval– fue publicada por la revista especializada en temas ambientales “Enviromental Monitoring ad Assessment” y es la primera de esa escala realizada en la cuenca del Paraná. El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que el herbicida produce daño genético en humanos y lo recategorizó como “probablemente cancerígeno”, segundo en una escala de 1 a 5.