"Se trata de una oportunidad perdida para evitar el mal uso de medicamentos con receta por parte de los niños", añadió Clark en una declaración del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan. "Muchos padres simplemente guardan las pastillas para el dolor que les sobran en casa. Las pastillas sobrantes representan un acceso fácil a los narcóticos para los adolescentes y sus amigos".