Los dispositivos son abiertos por el propio conductor, y deben estar 3 o 4 minutos en la boca.La fundadora de la organización Compromiso Vial, Mónica Gangemi, apoyó los controles, pero consideró que estos dispositivos "salen muy caros, valen 10 dólares por persona las pipetas y los reactivos. Es bastante dinero y no me parece mal invertirlos, pero con los pocos alcoholímetros que hay en la ciudad nosotros vivimos peleando todos los fines de semana para que los calibren, y que haya más aparatos y más controles", sentenció esta luchadora, quien recordó que la sustancia que causa más accidentes en las calles y rutas del país es el alcohol.