"Aumentó la percepción del riesgo del mosquito y aumentaron los accidentes vinculados a la sobreexposición. Las personas no han comprendido las recomendaciones y hacen uso excesivo, permanente, día y noche de repelentes de alta concentración", aseguró la experta. La mayoría de las intoxicaciones se deben a que accidentalmente los niños ingieren un insecticida que había en un recipiente o comen repelente que estaba a su alcance, además de intoxicaciones a partir del uso de insecticida en las habitaciones sin control.