Núñez, explicó que en el departamento hay una vasta red de información, conformada por guardavidas y otros funcionarios que se desempeñan en la faja costera. A partir de allí y ante cualquier situación extraña se informa a la comuna, lo que hasta ese día no había ocurrido.
Por otra parte, consideró que si bien una picadura puede provocar el mismo efecto en la piel que otras aguas vivas, no debe pensarse que solo esa situación puede provocar la muerte. Señaló que depende de la sensibilidad o reacción de cada persona y la forma en que se asista.
Los ejemplares que están apareciendo no son de los más pequeños como en otras ocasiones, por lo cual es necesario tomar las precauciones del caso cuando se concurre a cualquiera de las playas, a partir de la confirmación de que sí hay fragatas portuguesas.
Carlos Prigioni había indicado a radio El Espectador, que la presencia de la “Fragata Portuguesa” es algo poco frecuente en Uruguay “y posiblemente debe estar vinculado a algún evento de cambio climático”, aunque aclaró que “tampoco hay que enloquecerse”.
Explicó que como todas las aguavivas, “tiene una especie de filamentos, mal llamados tentáculos, muy largos, que a veces superan el metro de largo”, que tienen células “especializadas urticantes”, con “un mecanismo que cuando rozan con un potencial peligro, disparan un verdadero arpón”.
Prigioni agregó que en ese momento es que “se inocula bajo la piel un tóxico muy potente”. Concluyó subrayando que la aparición de la “Fragata Portuguesa” es esporádica y que, “no está lleno en las aguas uruguayas pero es bueno que se sepa”.