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También necesitamos…. conocer las cuevas de los tepuyes y recordar a la sanjuanita

28 June, 2014
El misterioso mundo subterráneo de los tepuyes. bbcmundo. 27/06/14. El geólogo Francesco Sauro lleva años explorando las extensas cuevas de estas únicas formaciones en la frontera entre Venezuela y Brasil. Acaba de ganar el Premio Rolex que le permitirá continuar sus investigaciones.

El misterioso mundo subterráneo de los tepuyes

  • Francesco Sauro exploró los tepuyes en la frontera entre Venezuela y Brasil por primera vez en 2009. "Es un lugar único en el mundo por los paisajes, la morfología. Todos los que tienen la suerte de verlos tiene una experiencia increíble", dijo a BBC Mundo.
  • Francesco es miembro de un grupo de exploración geográfica internacional llamado La Venta, de investigadores venezolanos, brasileños e italianos, con los que ha descubierto extensas cuevas subterráneas en los tepuyes, nuevas especies animales y nuevos minerales. Francesco acaba de ganar el Premio Rolex de la Royal Society que le permitirá continuar con sus investigaciones. "Todavía sabemos muy poco. Tenemos mucho que explorar y estudiar. Este es un proceso que continuará hacia el futuro", asegura.
  • La logística para explorar las cuevas es muy complicada y riesgosa, advierte Francesco Sauro. "Se usan helicópteros pero no se puede llegar solo por arriba, hay que escalar y es difícil llevar todo el equipo así. Se encuentra la entrada de la cueva y luego se explora. Hay muy poco tiempo a disposición para la investigación científica".
  • En el equipo hay gente con mucha experiencia de rappel, de escalar, y tenemos un código de seguridad muy estricto. Bajamos cuevas por las paredes de las montañas de 200, 300 y hasta 400 metros, poniendo anclajes. Se pueden caer las rocas. Otro riesgo son las crecidas de los ríos", relató el espeleólogo.
  • Uno de los atractivos de la exploración de estas cuevas es que son sitios muy misteriosos. "Están completamente oscuras y sólo tu luz te ilumina, así que la visual es muy personal", explica Sauro. "También está la idea de ir donde nadie ha ido y, sobre todo, de encontrar algo inesperado. En los tepuyes esta sensación es mucho más fuerte."
  • Estas no son como las cuevas en otras partes del mundo, no están compuestas de caliza como en México y otros lugares. Son de un compuesto de roca mucho más diversa y antigua, creada hace 1.800 millones de años. No son las tradicionales estalagmitas y estalactitas. Las formaciones son completamente diferentes. "Es todo un mundo nuevo que hay que ir descubriendo lentamente y estudiarlo", dijo Francesco Sauro.
  • Unas de las formaciones más curiosas son las de óxido de silicio, hechas por microorganismos (probablemente bacterias) que construyen estromatolitos muy antiguos. Estos son estromatolitos de opal cuya antigüedad ha sido datada por el metodo de radiocronología U-Th a 350.000 años.
  • También hay formaciones de "bioespeleotemas" de silicio amorfas que bajan como serpientes desde el techo, como esta en la cueva Imawarí Yeuta. El agua del río abajo es roja por la presencia de ácidos orgánicos.
  • "Imagínate encontrar una fosa de agua de azul eléctrico causado por las bacterias que viven allí", expresó entusiasmado Francesco Sauro a BBC Mundo. "Hay minerales luminiscentes a la luz ultravioleta".
  • Las cuevas están relacionadas con el mundo exterior en el sentido que son testigo de lo que fueron las condiciones en el pasado. Son un ecosistema único que tiene que ser protegido. "Tenemos un protocolo de protección muy estricto. Nos descontaminamos antes de entrar a los tepuy y no dejamos nada atrás, ni basura ni desechos humanos. Todo se trae de la montaña", aseguró Sauro.
  • Parte de la aventura también es la ciencia, a la que se le dedica buen tiempo analizando la información química sobre los minerales y la microbiología. "Descubrimos un nuevo mineral, un sulfato fosfato de aluminio que es muy interesante. También encontramos otros minerales muy raros como la sanjuanita que solo se ha visto en Argentina y existe una muestra muy pequeña en el museo Smithsonian. Allá hay mucho".

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Leer relacionado: Sanjuanita: El mineral olvidado. Por Cecilia Cañizares. diariodecuyo.com.ar. 18/11/08.Por sus características químicas es un extraño tipo de sulfato de aluminio. Fue descubierto en Pocito, San Juan, a fines de los ’70, por Pedro Aparicio, docente de la UNSJ. Hoy nadie conoce la ubicación exacta del mineral que carga con el nombre de la provincia.
Un sulfato de aluminio hidratado único en el mundo habita en la provincia donde brilla el oro. Muy pocas personas conocen de su existencia. Pero lleva el nombre de la tierra que lo guarda en sus entrañas. Se trata de la sanjuanita, el mineral que una vez descubierto y analizado quedó en un simple registro que hoy puede verse en Internet. Pedro Aparicio (ya fallecido) fue quien, a fines de los ’70, la encontró en la zona de Sierra Chica de Zonda, en el departamento Pocito.
 Oscar Quispe, profesor emérito de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, conoce la historia de la sanjuanita como pocos y la recuerda para los lectores de CUYO MINERO. “Aparicio andaba siempre perdido en medio de las sierras. Buscaba piedritas y minerales para analizarlos en su laboratorio”, relata Quispe. Esta afición por la búsqueda de minerales llevó al docente universitario a toparse con uno muy blando, color blanquecino, que le llamó la atención. 
Lo estudió, lo analizó y se dio cuenta de que era un sulfato distinto a los que había analizado en el mesón de su laboratorio. Y fue tan grande su sorpresa que lo mandó a examinar a un registro internacional para patentarlo, la Asociación Internacional de Minerales (IMA, por su sigla en inglés). Allí los estudios fueron aún mayores. Después de confirmar que se trataba de un descubrimiento con todas las letras, al mineral le pusieron sanjuanita. Es que, generalmente, los minerales reciben el nombre de la persona que los descubrió o uno que haga referencia a alguna característica especial o, como en este caso, al lugar donde se lo encontró.
 Hoy, a pesar de que su nombre está patentado y se pueda conocer de él en la red o en algún libro empolvado de mineralogía, nadie sabe más nada de su paradero, pues los estudios quedaron truncos tras la muerte de Aparicio. “Para salir a buscarlo hay que internarse en la Sierra Chica de Zonda, en Pocito”, dice Quispe, y agrega: “como el ingeniero realizaba solo sus expediciones, nadie sabe exactamente dónde está ubicado el mineral, en qué cantidades se encuentra y si es posible su extracción a gran escala”. 
Desde el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), Raúl Cardó, director del organismo en San Juan, comentó que aunque tenía conocimiento de la existencia de este sulfato, no han realizado mayores investigaciones. La aplicación de este mineral, según contó a CUYO MINERO Mario Zuleta, docente de la UNSJ, “estaría seguramente orientada a la clarificación del agua, por lo que es una especie de sulfato de aluminio”. Pero aclara que “todavía no se ha realizado estudios al respecto” para saber cuán útil y productivo sería invertir plata y esfuerzo en salir a buscar sanjuanita en las sierras.
PerdidoPerdido. Nadie conoce la ubicación exacta del mineral. Esto ha dificultado los estudios que podrían determinar la posibilidad de invertir en su exploración y explotación. Lo único que se sabe es que su descubridor lo encontró en las Sierras Chicas de Zonda, en el departamento Pocito.
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