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Crónica de una picadura de cascabel y del elevado costo del tratamiento en México

29 October, 2011
Cuesta salvarse. am.com.mx. 28/10/11.A Juan Pablo lo mordió una víbora de cascabel y jamás imaginó que el costo del antídoto iba a ser de 3 mil pesos. Necesitó la aplicación de 30 dosis para estabilizarlo del daño que le ocasionó el veneno. Por el alto costo del antídoto viperino, el Hospital General Regional (HGR) tiene un stock mínimo de 24 a 30 dosis, que se utilizarán de acuerdo al área donde mordió la víbora, además de la edad, peso y talla del paciente.
Crónica de una picadura de cascabel y del elevado costo del tratamiento en México
Cascabel
Una persona puede necesitar 30 o más antídotos, como fue el caso de Juan Pablo, quien sufrió la mordedura en el dedo meñique de la mano derecha y se acabó el stock del Hospital General.

Rogelio Tinajero Pizano, responsable de la unidad hospitalaria, epidemiólogo y encargado de Salud Pública del HGR, explicó que al año registran 12 casos de mordedura de víbora, Juan Pablo es el séptimo caso que atienden en 2011.

a.m. también solicitó la información al área de comunicación social del Instituto Mexicano del Seguro Social en León, pero no se proporcionó.

“Esto está muy asociado con la temporada de agua o de huracanes, porque las víboras salen de su hábitat o son llevadas de su lugar natural a otro lugar”, explicó.

Una víbora inocula una carga de sustancias tóxicas para el ser humano.

“Para la aplicación del antídoto depende de la edad, peso y talla del paciente, normalmente introducimos ocho antídotos en una solución de suero por cada ocho horas, dependiendo del estímulo-respuesta llegamos a necesitar más”, explicó Rogelio Tinajero.

“Hemos llegado a necesitar hasta 30 dosis en un solo paciente, por la toxicidad de la inoculación del veneno de la víbora y la resistencia de respuesta del paciente, mientras se estabiliza su sistema y que el paciente esté estable”.

Y explicó que cuando el hospital se queda sin la dosis, personal de urgencias busca en donde esté disponible.

“Pues tenemos un sistema de urgencias que nos puede hacer la recolección de donde exista, si no tenemos en el almacén de la Secretaría de Salud, podemos acudir al Seguro Social o ISSSTE para que me apoyen, nosotros vemos la gravedad y en menos de 12 horas tenemos las dosis”.

“Si yo tengo 24 ó 30 frascos y ocupo 8 ó 9 cada 8 horas, tengo garantizadas 24 horas, tendría que aumentar mi stock si me llegan 4 mordidos un sólo día y no se ha dado”, explicó.

Rogelio Tinajero reconoció que el HGR no tiene más antídotos por el alto costo que implica cada uno.

“Usted vea el costo y todo se refleja en dinero, si el dinero fuera así, podría tener más, mi caducidad es más amplia, yo no puedo tener invertido un millón de pesos en antídotos, cuando no tenemos una incidencia, mientras tenga lo suficiente para 24 horas para mí es suficiente”, enfatizó.

Capacita diplomado

Actualmente el personal de urgencias del HGR recibe un diplomado sobre animales ponzoñosos.

Juan Pablo al llegar al HGR sufrió convulsiones, esto debido a que el veneno actuó como anestesia en el corazón, cerebro y riñón, por lo que la atención tuvo que ser inmediata.

“Lo que inocula una víbora son sustancias necróticas, que van a necrosar los tejidos y si un tejido muerto no se reactiva, hay que quitarlo porque es un foco de infección, por eso se queda el paciente en observación, lo primero que se produce es necrosis en el sitio, además de que el paciente se puede llegar a convulsionar muy rápido y a perder la conciencia”, explicó Rogelio Tinajero, epidemiólogo.

Si no reactiva el tejido donde se produjo la mordida se tiene que hacer una amputación.

“Va a depender mucho del paciente, que tenga una buena respuesta al regenerar sus tejidos, pero una cosa es que se pueda contrarrestar el efecto del veneno y otra cosa que se corrijan los efectos secundarios del veneno como problemas renales, alteraciones del corazón o del ritmo del corazón, problemas del hígado, se detectan dentro de las 72 horas”.

“Esto lo cubre el Seguro Popular, así es que cuando una persona se vea en este problema debe saber que puede acudir y no anden buscando otro tipo de lugares”, concluyó.

‘Sentí el veneno en mi vena’

La mañana del 10 de octubre cambió la vida de Juan Pablo Salas Nava, de 24 años, jamás se imaginó que su víbora de cascabel de dos meses lo atacaría.

A Juan Pablo le gustan todo tipo de animales, en su casa tiene ranas, tortugas, perros, cuyos, hámsters; pero también ha tenido tarántulas, iguanas, conejos y víboras de diferentes especies como una boa.

“Yo les tengo mucha confianza, nunca había tenido una víbora venenosa, todos los que me conocen saben que me gustan muchos los animales y el fin de semana mis tías y mis primos se fueron de día de campo se encontraron la víbora y me la trajeron.

“Me la dieron el domingo y ese día yo la traje en mi mano, el lunes hice lo mismo, le estaba arreglando el lugar que iba habitar, mi perro se acercó a olfatearla, la víbora reaccionó y le tiró la mordida al perro pero me agarró a mí”, explica Pablo mientras muestra el lugar donde recibió la mordida.

La mordida fue en la mano derecha en el dedo meñique.

“En cuanto sentí la mordida se me comenzó a dormir el dedo, luego el que sigue y el que sigue, pero todo fue en cuestión de minutos y supe que era algo grave”, dijo.

Señalando su brazo, recuerda: “yo sentí que el veneno se me iba subiendo, sentí el veneno en mi vena que subió hasta el antebrazo, yo sentía adormecido y mucho dolor y donde me mordió me ardía”.

Eran cerca de las 10 de la mañana y tardó 15 minutos en llegar al Hospital General Regional.

“Cuando llegué ya tenía toda mi mano hinchada, me pidieron mis datos, tardaron como otros 15 minutos, me tomaron muestras de sangre y después me comencé a convulsionar”, recordó.

“Los médicos me trasladaron a una camilla y comenzaron a colocarme el suero antiviperino, sólo escuché a una doctora que decía que necesitaban ponerme 30 ámpulas en el suero, pero solamente contaban como con 8, me aplicaron esas y comentaban entre ellos que fueron a traer más, después me aplicaron otras seis y como a las 11 de la noche, me pusieron otras más, creo que en total me pusieron 26 dosis”, explicó.

Juan Pablo comentó que después de la convulsión, sintió un fuerte dolor en el estómago, náuseas, estuvo hospitalizado tres días.

“Me estuvieron cuidando que no tuviera disfunción renal, que no fuera a tener un paro cardíaco o desfiguramiento muscular, porque de lo contrario podían amputarme mi dedo, si se extendía la mano y hasta me dijeron que podía perder mi brazo, porque el veneno contiene una encima que es anti-coagulante, entonces en la mordida se comienza a gangrenar y comienza avanzar, eso fue lo que estuvieron observando”, explicó.

Juan Pablo pinta y dibuja, pero también hace manualidades con diferentes materiales, por lo que reconoce que sí temió perder su brazo.

Todavía se le ve el dedo entre morado y negro.

“Realmente mi dedo donde fue la mordida estaba de color negro, ahorita estoy tomando medicamento y me estoy lavando la herida con agua y jabón cada 12 horas, me pongo una pomada que me dieron y tengo cita abierta para acudir en cualquier momento que sienta una complicación.

“Tuve taquicardia, tengo algunos tatuajes en mi cuerpo y ahí me daba mucha comezón, la mordida fue muy rápida, lo único que hice fue que me destrabe la víbora porque se quedó enganchada en mi dedo y yo me la quité”, recordó.

Juan Pablo ahora tiene su víbora de cascabel en una pecera y piensa conservarla.

¿Sabes cuánto cuesta un antídoto? a lo que respondió: “unos decían que 5 mil pesos, otros que 3 mil, pero antes de la mordida nunca me puse a pensar en cuánto, por suerte tengo Seguro Popular y no me cobraron nada, sino, la verdad no sé qué hubiera hecho porque no tengo tanto dinero para cubrir ese gasto”, concluyó.

¡Roban $1 millón en dosis!

Más de un millón de pesos en antídotos para mordedura de víbora fueron robados de un almacén de esta ciudad.

Jorge Alberto Sánchez Bernal, apoderado legal de la empresa GNK Logística, interpuso su denuncia ante las autoridades del Ministerio Público contra quien resulte responsable, sin embargo, señaló como sospechoso a un empleado.

El robo ocurrió en una bodega denominado “Polígono Industrial” que se ubica sobre el bulevar Torres Landa, en la colonia Valle de Jerez, que es utilizada por la empresa como almacén del antídoto y otros medicamentos.

En su declaración ministerial señaló que se dieron cuenta del faltante de 300 piezas del antídoto llamado “Faboterapicopolibante antiviperino”, tras haber hecho el inventario en octubre.

Cada dosis tiene un valor de 3 mil 378 pesos con 80 centavos, dando un total de 1 millón 13 mil 440 pesos.

El representante de la empresa GNK logística señaló que contrató los servicios de otra compañía denominada “Team Power”, la cual le proporciona el personal necesario para la operación del establecimiento que representa.

Al respecto, el apoderado legal dijo que en el almacén del bulevar Torres Landa tienen como encargado de la bodega a Jesús Roberto Figueroa, quien es empleado de la empresa “Team Power” y quien manifestó haber sustraído el antídoto poco a poco.

Víctor Ruteaga, jefe de zona del MP, dijo que ya iniciaron la investigación correspondientes para verificar si el empleado es responsable del robo.

Tienen contra 3 picaduras

El HGR cuenta con tres antídotos diferentes anti-araña, para alacrán y para cualquier tipo de veneno de víbora.

“Ahorita estamos bien surtidos y bien prevenidos, todo va a depender de las personas, el tiempo de traslado, a veces me los traen desde alguna localidad del municipio de San Felipe y la ambulancia que nos trae el traslado no hace menos de 4 horas, ahí es cuando se presenta alguna otra complicación”, explicó Rogelio Tinajero.

El antídoto es para contrarrestar el veneno de la mayoría de víboras que habitan en el estado.

“Si la mordida fue una extremidad inferior como pie o dedo va a tardar más el efecto en llegar hacia los lugares donde cauce más daño, pero si la mordedura, es más cerca de un vaso arterioso donde se lleve más rápido el veneno hacia el riñón o el hígado, corazón o cerebro va ser más rápido el actuar del veneno, y todo va a depender del tiempo de traslado de la persona”, explicó.

En 15 minutos, Juan Pablo comenzó a presentar complicaciones porque la mordida fue en la mano derecha, el veneno actuó rápido.

Casi el 80% de las personas saben qué tipo de víbora los mordió, el otro 20% lo desconoce, llega inconsciente o porque no supo qué pasó.
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