Prevenir la enfermedad a partir de un ambiente saludable
Bajo este titulo y con la consigna de que "Es necesaria la adopción de medidas respecto de productos químicos altamente preocupantes para la salud pública", la Organización Mundial de la Salud emite un comunicado de prensa, en el dia de hoy, en relación con la utilización de estos químicos y su vínculo con problemas de salud. Se transcribe:
La producción y utilización de productos químicos continúa incrementándose en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo. Este riesgo se traduce en un agravamiento de los problemas sobre la salud que, sin una gestión racional de estos productos, tiene lugar. Es necesaria y urgente una acción multisectorial a fin de proteger la salud de las personas de los efectos nocivos de una mala gestión de productos químicos. Los párrafos siguientes resumen los aportes científicos y las recomendaciones sobre la gestión de riesgo de los 10 químicos o grupos de químicos que suponen un problema mayor para la salud publica.
Contaminantes del aire
La contaminación del aire al interior de las viviendas debida a la utilización de combustibles sólidos así como la contaminación del aire en las ciudades son, según estimaciones, responsables de la muerte prematura de 3.1 millones de personas en el mundo cada año y representan el 3.2% de la carga mundial de morbilidad. La mitad de la carga de morbilidad debido a esto, es soportada por los habitantes de países en desarrollo. Se ha establecido que los contaminantes atmosféricos dan lugar a efectos perjudiciales para la salud que se traducen en infecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y cánceres de pulmón. La reducción de los niveles de polución atmosférica permitirá reducir la carga de morbilidad mundial sobre estas enfermedades. La prevención de la polución necesita de políticas sobre la calidad del aire y sobre el transporte, de normas de control de emisiones industriales y de la promoción del uso de fuentes de energía renovables y apropiadas. Entre las intervenciones viables para reducir la contaminación del aire interior de las viviendas, figuran la sustitución de combustibles sólidos por combustibles y tecnologías menos contaminantes, el incremento de la ventilación en casas, escuelas y lugares de trabajo, y dejar de fumar. Los esfuerzos que apuntan a reducir de manera significativa los poluentes atmosféricos contribuirán, asimismo, a disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero y atenuar los efectos del cambio climático global.
Arsénico
El arsénico inorgánico soluble es altamente tóxico. La ingestión de arsénico inorgánico durante un período prolongado de tiempo, puede conducir a una intoxicación crónica (arsenicismo) cuyos efectos – que pueden tardar años en aparecer en función del nivel de exposición – son especialmente, lesiones cutáneas, neuropatía periférica, síntomas gastrointestinales, diabetes, alteraciones renales, enfermedad cardiovascular y cánceres. Los compuestos orgánicos de arsénico, que son abundantes en los productos de mar, son menos nocivos para la salud y rápidamente eliminados por el organismo humano. La exposición humana a niveles elevados de arsénico inorgánico se produce especialmente por el consumo de agua de bebida proveniente de fuentes subterráneas que contienen naturalmente niveles elevados de arsénico inorgánico, por el consumo de alimentos preparados con dicha agua y de alimentos cultivados con regadío de agua con alto contenido de arsénico. Según una estimación, para el año 2001 el agua de bebida contaminada por arsénico en Bangladesh fue, por si misma, responsable de 9100 muertes y 125.000 años de vida ajustados por incapacidad (DALY [1] ). La reducción de la exposición humana al arsénico puede ser conseguida por la identificación de los intermediarios que proveen agua con niveles de arsénico superiores al valor guía establecido por la OMS – que es de 10 microgramos de arsénico por litro – o a los límites máximos establecidos a nivel nacional y a través de campañas de sensibilización. Entre las posibles ofertas para limitar los riesgos figuran la utilización de otras aguas subterráneas, de agua superficial que no presente riesgos microbiológicos (por ejemplo, la recolección de agua de lluvia) o el recurso de técnicas de eliminación de arsénico del agua contaminada.
Amianto
Todas las formas de amianto provocan cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y de ovario y asbestosis (fibrosis pulmonar). La exposición al amianto por inhalación de fibras presentes en el aire contaminada se da a partir de ambientes laborales o del aire ambiente en la proximidad de fuentes puntuales de emisión – especialmente usinas o lugares en donde se manipule el amianto – como así también del interior de las viviendas y edificios que contienen materiales de amianto friables. En la actualidad más de 125 millones de personas en el mundo están expuestas al amianto en sus lugares de trabajo. En el año 2004 los cánceres de pulmón, mesoteliomas y asbestosis ligadas a una exposición laboral al amianto, han producido 107.000 muertes y 1.523.000 años de vida ajustados por incapacidad (DALY). Además, varios miles de muertes pueden atribuirse a otras enfermedades relacionadas al asbesto, así como a las exposiciones no ocupacionales. La eliminación de enfermedades causadas por el amianto deberá pasar por acciones de salud pública que incluyan : a) reconocer que la forma mas eficaz de eliminar las enfermedades ligadas al amianto consiste en poner fin a la utilización de todos los tipos de asbesto; b) sustituir el amianto por alternativas más seguras y desarrollar los mecanismos económicos y tecnológicos para favorecer esa sustitución; c) adoptar medidas para prevenir toda exposición al amianto en los sitios y procesos de eliminación; y d) mejorar el diagnóstico precoz, el tratamiento, la readaptación social y la rehabilitación méica de las enfermedades ligadas al amianto así como establecer registros de personas que estén o hayan estado expuestas al amianto en el pasado.
Benceno
La exposición al benceno es causa de varias enfermedades y efectos adversos para la salud, tanto a corto como a largo plazo, que incluyen el cáncer y la anemia aplásica. La exposición puede ocurrir en el lugar de trabajo o en los hogares debido al uso generalizado de productos derivados del petróleo que contienen benceno en su composicion, incluidos los combustibles y solventes . La exposición activa y pasiva al humo del tabaco es también una fuente importante de exposición. El benceno es altamente volátil y la vía de exposición inhalatoria es la más común. Las intervenciones para reducir la exposición de trabajadores y de población general incluyen promover el uso de solventes alternativos en los procesos industriales, desarrollar y aplicar políticas y normas para eliminar los productos con benceno en el consumo final, disuadir al consumidor sobre la utilización doméstica de productos que contienen benceno, promover el abandono del tabaquismo y fomentar la adopción de códigos de construcción que requieran un garaje separado de la vivienda.
Cadmio
El cadmio tiene efectos tóxicos sobre los riñones, los huesos y el sistema respiratorio y está clasificado como carcinógeno para los humanos. Generalmente se presenta en el medio ambiente a niveles bajos, sin embargo, la actividad humana ha provocado un fuerte aumento de estos niveles. El cadmio puede ser movilizado a largas distancias desde la fuente de su emisión por transporte a través del aire. Se acumula fácilmente en muchos organismos, especialmente moluscos y crustáceos. Se han encontrado concentraciones más bajas en verduras, granos y harinas. La exposición humana al cadmio ocurre principalmente a través del consumo de alimentos contaminados, de la inhalación activa y pasiva de humo de tabaco y de la inhalación de metales no ferrosos en el caso de trabajadores industriales. Las intervenciones para reducir las emisiones globales de cadmio al medio ambiente y la exposición en el lugar de trabajo consisten en desarrollar técnicas de reciclaje del cadmio, reducir las emisiones y vertidos debidos a actividades tales como minería y tratamiento de residuos, promover condiciones de trabajo seguras para los trabajadores que manipulan productos que contengan cadmio y fomentar la deshabituación tabáquica.
Dioxinas y substancias relacionadas
Las dioxinas y sustancias similares a las dioxinas, incluidos los bifenilos policlorados (BPCs), son contaminantes orgánicos persistentes (COPs) incluidos en el Convenio de Estocolmo. Pueden movilizarse a grandes distancias desde su punto de emisión por transferencia atmosférica y se acumulan en los eslabones de la cadena alimentaria. La exposición humana a las dioxinas y sustancias similares es responsable de efectos tóxicos, incluidos inmunotoxicidad, efectos sobre el desarrollo incluidas alteraciones del desarrollo neurológico y alteración de las hormonas tiroideas y esteroides así como de las funciones reproductivas. Las implicaciones para el desarrollo resultan los efectos toxicológicos más sensibles, lo que hace a los niños – especialmente a los lactantes alimentados con leche de madre – la población de mayor riesgo. Estas sustancias son subproductos de la combustión en procesos industriales, como el blanqueo con cloro de pasta de papel. Si bien la fabricación de BPCs debería haber terminado, su liberación al medio ambiente sigue existiendo debido a la eliminación a gran escala de residuos de aparatos eléctricos. La exposición humana a las dioxinas y sustancias relacionadas se produce principalmente a través del consumo de alimentos contaminados. Las medidas para reducir las emisiones de estas sustancias son exigidas por el Convenio de Estocolmo. Las intervenciones incluyen la identificación y la disposición segura de los materiales que lo contengan o que puedan producir dioxinas y sustancias similares, como los equipos eléctricos; garantizar prácticas adecuadas de quema para evitar emisiones; aplicar estrategias de la FAO / OMS para reducir la contaminación de alimentos y de animales productores de alimentos y establecer controles de alimentos incluida la leche.
Fluor en cantidad inapropiada o excesiva
La ingestión de fluoruro da lugar tanto a beneficios – reducción de la incidencia de caries en los dientes – como a perjuicios -fluorosis dental y ósea después de la sobreexposición prolongada. Los niveles de consumo para que se manifiesten estos efectos opuestos no están muy lejos unos de otros. Las acciones de salud pública son necesarias para prestar una adecuada ingesta de flúor en las zonas donde este es ambientalmente deficiente, lo que reduce la caries dental. Esto se puede hacer por la fluoración del agua potable o, cuando no es posible, la fluoración de la sal o la leche. Una ingesta excesiva de flúor, por lo general, se produce por el consumo de aguas subterráneas naturalmente ricas en flúor o cultivos que se riegan con esas aguas y absorben el flúor. Esta exposición puede provocar una fluorosis esquelética incapacitante con osteosclerosis, calcificación de ligamentos y tendones, y deformidades óseas. Aunque la prevalencia global de fluorosis dental y ósea no está del todo clara, se estima que las concentraciones excesivas de flúor en el agua de bebida han causado en el mundo decenas de millones de casos de fluorosis dental y del esqueleto durante años. Si puede ser difícil y costoso suprimir exceso de flúor en el agua potable, hay soluciones económicas que se pueden usar en forma local. Es importante que las autoridades locales consideren cuidadosamente las causas de fluorosis y determinen los medios más adecuados de intervención contra la exposición al exceso de flúor, teniendo en cuenta las condiciones y sensibilidades locales.
Plomo
El plomo es un metal tóxico cuyo empleo generalizado ha dado lugar a una importante contaminación ambiental y problemas de salud en muchas partes del mundo. Es una sustancia tóxica que se acumula en el cuerpo y afecta a múltiples sistemas, con manifestaciones neurológicas, hematológicas, gastrointestinales, cardiovasculares y renales. Los niños son particularmente vulnerables a los efectos neurotóxicos del plomo e incluso niveles relativamente bajos de exposición pueden provocar daños neurológicos graves, en algunos casos irreversibles. Se estima que la exposición al plomo representa un 0,6% de la morbilidad mundial con la carga más elevada puesta en las regiones en desarrollo. La exposición al plomo en la niñez aporta aproximadamente cerca de 600.000 nuevos casos de discapacidad intelectual cada año. Las reducciones recientes en el uso de plomo en la gasolina, pinturas, tuberías y soldaduras han llevado a una reducción sustancial de los niveles de plomo en la sangre. Sin embargo, fuentes importantes de exposición aún persisten, especialmente en los países en desarrollo. Son necesarios esfuerzos adicionales para continuar reduciendo la utilización y liberación de plomo y la exposición en el ambiente y el entorno de trabajo, especialmente para los niños y las mujeres en edad fértil. Las intervenciones deben incluir la eliminación de los usos no esenciales del plomo, tales como el uso de plomo en la pintura; garantizar el reciclado seguro de los residuos que contienen plomo; informar al público sobre la importancia de la eliminación segura de las baterías de plomo ácido y las computadoras; y controlar los niveles de plomo en la sangre de los niños, las mujeres en edad fértil y los trabajadores.
Mercurio
El mercurio es tóxico para la salud humana y representa una amenaza especial para el desarrollo del niño en el útero y las primeras etapas de la vida. El mercurio existe en varias formas: elemental (o metálico), cloruro inorgánico y orgánico (metilmercurio y etilmercurio, por ejemplo), todos los cuales tienen diferentes efectos tóxicos, incluyendo manifestaciones sobre el sistema nervios, aparto digestivo, sistema inmunológico, pulmones, riñones, piel y ojos. Estimaciones hechas sobre poblaciones cuya fuente de alimentación principal deriva de la pesca, han demostrado que entre 1,5 y 17 cada 1000 niños mostraron efectos cognitivos debido al consumo de pescado conteniendo mercurio. La liberación de mercurio al medio ambiente, principalmente como resultado de la actividad humana, se da particularmente en la industria del carbón, los sistemas de calefacción, incineradores de residuos y operaciones de la minería del mercurio, oro y otros metales. Una vez en el medio ambiente, el mercurio elemental se transforma naturalmente en metilmercurio, que se acumula en los peces y mariscos. La exposición humana ocurre principalmente por inhalación de vapores de mercurio elemental en los procesos industriales y por el consumo de pescado y mariscos contaminados. Intervenciones para prevenir la emisión al medio ambiente y la exposición humana incluyen eliminar el uso del mercurio siempre que sea posible; promover la adopción de equipos sustitutivos sin mercurio (por ejemplo, manómetros y termómetros); asegurar la correcta eliminación de aparatos que contienen mercurio; poner en marcha procedimientos adecuados para el manejo, utilización y eliminación de productos que contienen mercurio y asegurar una gestión de residuos que sea segura.
Plaguicidas altamente peligrosos
Los pesticidas pueden ser muy peligrosos por sus efectos tóxicos agudos y / o crónicos y representan un riesgo particular para los niños. Su uso es generalizado, dando a menudo lugar a problemas de salud y muertes en muchas partes del mundo debido a la exposición laboral, accidental o intencional. Los datos disponibles son demasiado limitados para evaluar el impacto global de los plaguicidas sobre la salud; no obstante en el año 2002 se han estimado en cerca de 186.000 muertes y 4,42 millones (DALY) el número de auto intoxicaciones (suicidios) como resultado de la ingestión de plaguicidas en el mundo. La contaminación del medio ambiente también puede provocar la exposición humana a través del consumo de residuos de plaguicidas en alimentos y agua de bebida. Mientras los países desarrollados han establecido sistemas para registrar y supervisar el uso y el comercio de plaguicidas, este no es siempre el caso en otras partes del mundo. Sin embargo, las recomendaciones y los marcos jurídicos sobre el uso, manejo y comercialización de los plaguicidas así como su almacenamiento y manipulación adecuados, están disponibles en las organizaciones y convenciones internacionales y se deberían poder aplicar en todo el mundo.
La Organización Mundial de la Salud a tomado todas las precauciones razonables para verificar las informaciones contenidas en la presente publicación. Aun así, el material publicado es difundido sin ninguna garantía, expresa o implícita. La responsabilidad de la interpretación y utilización del material, incumbe al lector. En ninguna caso la Organización Mundial de la Salud será hecha responsable de perjuicios debidos al hecho de su utilización.
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[1]DALYs = (Disability Adjusted Life Years) Años de vida
ajustados por incapacidad. Suma de años de vida potencialmente perdidos por
mortalidad temprana y años de vida productiva perdidos debido a incapacidad.
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Traducción: A.Digón, del original http://www.who.int/ipcs/features/10chemicals_fr.pdf