La amenaza desconocida.lavozdegalicia. 11/09/09.El Gobierno español, con apoyo en los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), rechazó una y otra vez que los cánceres desarrollados por una veintena de los militares españoles que estuvieron destinados tanto en Kosovo como en Bosnia-Herzegovina tuvieran relación con el uso de proyectiles de uranio empobrecido contra las tropas serbias.
Entre marzo y junio de 1999 fueron lanzados entre 3.000 y 35.000 piezas del calibre 35 milímetros de uranio empobrecido sobre Kosovo por los bombarderos A-10 Thunderbolt estadounidenses. Estos proyectiles, con 800 gramos de Uranio-235, penetran con facilidad el blindaje de los carros de combate y en los muros de los búnker. Al explotar, esparcen parte del material radiactivo en forma de polvo, una sustancia muy tóxica al acceder al cuerpo humano vía pulmones, por los alimentos o por el agua. Así nació el síndrome de los Balcanes. Según explicó en su día el Ministerio de Defensa, el Gobierno español fue informado en mayo de 1999 del uso de este tipo de armamento. El departamento aseguró entonces que el porcentaje de enfermos entraba dentro de la normalidad dentro de las estadísticas sanitarias. En enero de 2001, la OMS descartó la relación entre el uranio empobrecido y los casos de leucemia, pero recomendó «limpiar» los Balcanes porque hay «numerosos puntos oscuros» en la investigación entonces realizada.