Los dentífricos esconden un fármaco eficaz para vencer a la malaria resistente. Por M. López. abc.es. 19/01/17. El triclosán actúa sobre dos puntos diferentes del ciclo vital de la malaria, reduciéndose así significativamente la posibilidad de que el parásito desarrolle resistencia al fármaco. Leer noticia reciente relacionada: Muchas mutaciones genéticas son clave para que Plasmodium falciparum sea resistente a tratamientos
La malaria o ‘paludismo’ es una enfermedad causada por parásitos de la familia ‘Plasmodium’ que se transmiten a través de la picadura de mosquitos. Una enfermedad infecciosa que, lejos de pertenecer al pasado, se corresponde con una de las principales causas de mortalidad global. No en vano, y según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo en el año 2016 se registraron cerca de 216 millones de casos y 445.000 decesos por malaria, sobre todo en África y el sudeste de Asia. Y es que ni las vacunas ni los fármacos disponibles parecen ser demasiado eficaces. Menos aún frente a los parásitos resistentes, cada vez más numerosos. Por tanto, hacen falta nuevos fármacos antipalúdicos. Sin embargo, es posible que no sea necesario ir muy lejos. Ni tampoco que estos fármacos sean tan ‘nuevos’. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), los dentífricos esconden un ingrediente que parece ser muy eficaz para derrotar a las cepas de malaria resistentes: el triclosán. Como explica Steve Oliver, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Scientific Reports», «la malaria resistente a fármacos se está convirtiendo en una amenaza creciente en África y el sudeste asiático, y nuestro ‘botiquín’ de tratamientos efectivos se está agotando a poco a poco. Así, la búsqueda de nuevos medicamentos es cada vez más urgente». Más allá de la placa dentalCuando un mosquito infectado de malaria pica a una persona no solo le extrae su preciada sangre. También le inocula el parásito en el torrente circulatorio. Y lo que hace este parásito es abrirse paso hasta el hígado del huésped, donde madurará y se reproducirá. Así, y al cabo de unos pocos días, el parásito, ahora en gran número, dejará el hígado y se introducirá en los glóbulos rojos, en los que seguirá multiplicándose para extenderse por todo el organismo –provocando así los síntomas característicos de la enfermedad, algunos muy graves y potencialmente mortales–. Por tanto, el parásito de la malaria, o lo que es lo mismo, las especies del género ‘Plasmodium’, presenta uno de los ciclos vitales más complejos –cuando no el más complejo– de la Naturaleza. Pero parece que el triclosán es capaz de interrumpirlo. Pero, ¿qué es este triclosán? Pues es un potente antibiótico y antifúngico presente en numerosos productos para la limpieza del hogar y la higiene personal y oral, caso de muchos jabones y desodorantes. También en muchas pastas de dientes y colutorios. Y es que este triclosán previene la formación de la placa dental, evitando así el desarrollo de la gingivitis. Para ello, inhibe la actividad de una enzima llamada ‘enoil-ACP reductasa’ (NADH), implicada en la síntesis de los lípidos por las bacterias. Distintos estudios han demostrado que el triclosán también inhibe el crecimiento de los ‘plasmodios’ de la malaria durante su ‘fase sanguínea’ –esto es, durante su conquista de los glóbulos rojos y expansión por el organismo del huésped, que es cuando afloran los síntomas– en placas de laboratorio. Un efecto que, sospechan los investigadores, se debe directamente a la inhibición por el fármaco de la NADH, que también se encuentra en el hígado. Sin embargo, esta supuesta inhibición no tiene ninguna importancia en el mundo ‘real’: si bien parece que, efectivamente, el triclosán inhibe la NADH, no afecta al crecimiento del parásito en la sangre. En el nuevo estudio, los autores sumaron a su equipo a un nuevo investigador: el robot científico ‘Eve’ –o lo que es lo mismo, ‘Eva’–. Y gracias a la ayuda de esta novedosa inteligencia artificial, pudieron observar que el triclosán afecta al crecimiento del parásito al inhibir de forma específica una segunda enzima del parásito. Concretamente, el triclosán bloquea la enzima dihidrofolato reductasa (DHFR), que ya supone el blanco de uno de los antipalúdicos más utilizados en todo el mundo: el fármaco ‘pirimetamina’, al que un grandísimo número de cepas, sobre todo en África, ya han desarrollado resistencia. Sin embargo, y como muestran los resultados, triclosán es capaz de inhibir la DHFR incluso en los parásitos resistentes a pirimetamina. Como indica Elizabeth Bilsland, directora de esta investigación, «el descubrimiento de nuestro colega robótico, que demuestra que el triclosán es efectivo frente a la malaria, nos ofrece la esperanza de que este agente podría ser usado en el desarrollo de un nuevo fármaco. Sabemos que es un compuesto seguro, y su capacidad de actuar en dos puntos diferentes del ciclo vital del parásito hará que el plasmodio tenga mayores dificultades para desarrollar resistencia». Científicos autómatasEn definitiva, como destacan los autores, «dado que el triclosán inhibe tanto la NADH como la DHFR, podría ser posible actuar sobre el parásito tanto en su etapa hepática como en su fase sanguínea». Un hallazgo ciertamente relevante que debe atribuirse, cuando menos en su mayor parte, al robot científico ‘inteligente’. Como concluye Ross King, co-autor de la investigación y principal responsable del desarrollo de ‘Eve’, «la inteligencia artificial y la capacidad de aprendizaje de las ‘máquinas’ nos permite crear científicos autómatas que no solo utilizan un enfoque de ‘fuerza bruta’, sino que recurren a un enfoque inteligente de la ciencia. Un logro que podría acelerar en gran medida el proceso de descubrimiento de medicamentos y, potencialmente, ofrecernos grandes recompensas».