Descubren en Costa Rica un antibiótico cultivado por hormigas. mdzol.com. 07/11/16. Las hormigas cultivan su propio alimento a partir de la reproducción de un hongo específico, y por medio de la "selvamicina" evitan la reproducción de otros hongos. Científicos de la Universiad de Costa Rica, en conjunto con la Universidad de Harvard y la Universidad de Wisconsin en Mádison, Estados Unidos han descubierto un antibiótico que cultivan las hormigas del género Apterostigma por medio de una bacteria, podría ayudar a combatir hongos que perjudican al ser humano como es el caso de la "Cándida albicans". El investigador principal, Adrián Pinto, explicó a Xinhua que las homigas que en Costa Rica son conocidas como "zompopas", cultivan su propio alimento a partir de la reproducción de un hongo que nace en la descomposición de hojas y otros materiales orgánicos.
Hormiga carpintera
(SerTox)
Para proteger este alimento de la acción de otros hongos, las homigas trabajan en simbiosis con bacterias que producen la molécula que ahora se ha identificado como "Selvamicina" en honor a la Estación Biológica La Selva, ubicada en el cantón de Sarapiquí (norte del país) y que es propiedad de la Organización de Estudios Tropicales (OET), lugar de donde se extrajo el material biológico para el estudio. De acuerdo con Pinto, el antibiótico se compone de una estructura parecida a la Nistatina A1 y a la Amfotericina B, antimicóticos que pese a ser ampliamente conocidos y usados, tienen características nocivas para los humanos, como su alta toxicidad, por lo cual los científicos buscan alternativas para reemplazarlos. El investigador costarricense detalló que ahora empieza el proceso de realizar las pruebas y estudios clínicos necesarios para determinar si realmente el antibiótico es efectivo en seres humanos y si finalmente puede estar a disposición del público en un futuro cercano. "Queda un largo recorrido desde la etapa en que nos encontramos hasta llegar a algo que pueda ayudar a las personas. Sin embargo, ya iniciamos el proceso", comentó Jon Clardy, investigador de Harvard que participó de este descubrimiento. Pinto apuntó que Costa Rica tiene un gran potencial para este tipo de investigaciones sobre su biodiversidad, sin que esto implique desventaja frente a las instituciones de investigación extranjera, pues parte de los beneficios de este eventual producto volverán a Costa Rica.