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Premian estudio sobre agentes con actividad antibiótica en el veneno de serpientes panameñas

22 enero, 2016
Estudio científico liderado por panameño gana premio internacional. invdes.com.mx.21/01/16. Una investigación de alto impacto sobre sustancias tóxicas, liderada por un científico panameño, mereció un reconocimiento ACT International Travel Grant. El premio consistió en una subvención de viaje y un galardón con el cual el ACT reconoce a toxicólogos extranjeros (dirigido a no residentes en los Estados Unidos) con antecedentes excepcionales.Leer también: Presentamos a Andinobates Geminisae:nueva ranita anaranjada, bonita y venenosa descubierta en PanamáLeer relacionado: Caracterizan toxina del veneno de Bothriechis lateralis, que habita en Costa Rica y Panamá
Premian estudio sobre agentes con actividad antibiótica en el veneno de serpientes panameñas
Una Bothriechis lateralis te mira
El investigador toxicólogo Aristides Quintero Rueda recibió el galardón en el marco del 36th Annual Meeting of the American College of Toxicology, que se desarrolló del 8 al 11 de noviembre de 2015 en Las Vegas, Estados Unidos.
Se trató del único proyecto latinoamericano que fue distinguido en la jornada científica, siendo este uno de los cinco estudios internacionales ganadores en su categoría.
La investigación liderada por Quintero, en la que participaron científicos panameños y brasileños, se basó en la búsqueda de nuevos agentes con actividad antimicrobiana y antifúngica presentes en el veneno de serpientes panameñas.
El estudio, que fue presentado en el congreso en la modalidad de póster con el título “In vitro antimicrobial and antifungal activity of Phospholipases A2 isolated of Bothrops asper snake venom from Panama” (Actividad antibacteriana y antifúngica, in vitro, de fosfolipasas A2 del veneno de Bothrops asper de Panamá), será publicado en el International Journal of Toxicology.
Para tal fin, se analizó el veneno de la serpiente Bothrops asper de Panamá (la serpiente terciopelo o serpiente equis- X) que es la serpiente más ubicua en Panamá y que está involucrada en más del 90 por ciento de los accidentes ofídicos (aquellos relacionados con reptiles venenosos, sin extremidades) del país, indica Quintero, quien es docente e investigador de la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi).
“Recibir un reconocimiento como el otorgado por ACT de EU es un factor motivador positivo que refuerza el compromiso serio que tenemos con la investigación y con el avance de la ciencia en Panamá. Por otro lado, este reconocimiento es un honor, un privilegio y una distinción que otorga prestigio nacional e internacional y que reconoce investigaciones científicas de alto impacto en el área de la toxicología a nivel mundial”, afirma Quintero, quien fundó el Centro de Información e Investigaciones Toxicológicas y Químicas Aplicadas de la Unachi.
Añade que el premio es también “un reconocimiento a todos los que están dispuestos a fortalecer, viabilizar y agilizar las inversiones en investigación, a todos los que reconocen que los avances científicos definen y enmarcan una senda correcta para superar todos los males que aquejan a nuestra sociedad”.
 
Serpientes con potencial curativo
Las serpientes y su veneno han fascinado a la humanidad desde tiempos remotos, afirma el toxicólogo panameño Aristides Quintero Rueda.
El también fundador del Centro de Información e Investigaciones Toxicológicas y Químicas Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chiriquí plantea que estos reptiles evocan sentimientos de asombro, respeto, veneración, mistificación, deificación e incluso peligro, ansiedad, miedo, fobia, mal y muerte.
Sin embargo, a pesar de los mitos y de poderes atribuidos a las serpientes, esa percepción está cambiando por el creciente número de investigaciones sobre esta especie, considera.
“Resulta interesante y apasionante, para mí, investigar cómo serpientes potencialmente peligrosas para el hombre contienen en sus venenos un arsenal químico, cuya composición y efectos biológicos han sido refinados durante millones de años de evolución”, señala.
Este arsenal químico representa “un arma mortífera” para las presas de las serpientes y, al mismo tiempo, “una farmacopea natural abundante” con “potencial biotecnológico y clínico que tenemos que investigar, antes que desaparezca, para el beneficio de la humanidad”.
En búsqueda de posibles aplicaciones farmacológicas y biotecnológicas para el desarrollo de productos que podrían ser aplicables al tratamiento de males infecciosos, Quintero Rueda lideró una investigación que fue premiada por el American College of Toxicology de Estados Unidos.
El estudio se realizó en colaboración con la toxicóloga panameña Isela González y los investigadores de Brasil Andreimar Martins Soares, Leonardo de Azevedo Calderón, Rodrigo Guerino Stábeli, Juliana Pavan Zulinani y Sulamita Setúbal.
En entrevista con este diario, Quintero Rueda brinda detalles del análisis que tuvo como muestra el veneno de dos serpientes Bothrops asper de Panamá (la serpiente terciopelo o serpiente equis).
 
¿De qué trata su estudio ‘Actividad antibacteriana y antifúngica, in vitro, de fosfolipasas A2 del veneno de Bothrops asper de Panamá’?
Ante el creciente surgimiento de microorganismos multi resistentes tanto en el ámbito clínico, veterinario, agrícola, alimentario como industrial, se ha intentado desarrollar estrategias para el control de estos patógenos, algunas más eficaces que otras. Una de las mejores alternativas contempla la búsqueda de nuevos agentes con actividad biológica antimicrobiana y antifúngica con un modo de acción eficaz al que los microorganismos no generen resistencia con facilidad.
La investigación premiada trata sobre los efectos de toxinas animales presentes en venenos de serpientes panameñas en los cuales se identifican, aislan y caracterizan estas moléculas bioactivas con posibles aplicaciones farmacológicas y biotecnológicas en el desarrollo de productos que podrían ser aplicables al tratamiento de las enfermedades asociadas a microorganismos, entre ellas las infecciones nosocomiales relacionadas con bacterias multi resistentes y hongos.
 
¿Cuál fue la hipótesis de la investigación?
Los venenos de serpientes son ricos cocteles constituidos por una diversidad de sustancias químicas, entre las que se encuentran las fosfolipasas A2.
Algunas fosfolipasas A2 presentes en el veneno de serpientes y péptidos derivados de las mismas presentan actividad bactericida y fungicida potente.
Considerando que la Bothrops asper es una serpiente ubicada en Panamá, que está involucrada en más del 90% de los accidentes ofídicos del país y que su veneno es rico en fosfolipasas A2, nos planteamos la hipótesis de que las fosfolipasas A2 de Bothrops asper de Panamá tienen efecto antibacteriano y antifúngico.
 
¿Cuál fue el objetivo de dicha investigación?
El objetivo de la investigación fue identificar nuevos agentes con actividad antimicrobiana y antifúngica al que los microorganismos no generen resistencia con facilidad y que contribuyan a contrarrestar las infecciones bacterianas y fúngicas que se presentan principalmente en la población panameña.
Por otro lado, con esta investigación esperamos contribuir a corto y mediano plazo a la formación y capacitación de recursos humanos nacionales y a la creación de una capacidad propia en Panamá de generar, difundir, transferir y utilizar el conocimiento para beneficio de la humanidad.
 
¿Qué enfermedades podrían tratarse con las moléculas identificadas?
Hasta el momento sabemos que las moléculas bioactivas con actividad fosfolipasas A2 identificadas en el veneno de Bothrops asper de Panamá presentan actividad antibacteriana y antifúngica contra Escherichia coli y Candida albicans, respectivamente. Hemos identificado otras actividades de interés farmacológico y biotecnológico.
 
¿Qué tan pronto se podría estar de que estas moléculas sean utilizadas como antídotos?
El proceso de investigación y desarrollo es largo y complejo, involucra grandes costos y pocas posibilidades de éxito. De las muchas moléculas identificadas y analizadas, muy pocas llegan a los estantes de las farmacias, siendo desechadas la mayoría en distintas etapas del proceso.
En promedio, el proceso de estudiar y ensayar una nueva droga dura entre 12 y 15 años y significa una inversión cercana a los 600 millones de dólares antes que esta sea aprobada para su comercialización.
 
Fuente: prensa.com
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