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Influencia de Medidas Regulatorias en la Morbilidad y Mortalidad por Talio y Parathion en Rosario, Argentina

1 abril, 2000

J. C. Piola (1); D.B. Prada (1). Acta Toxicol.Argent.(1999)7(2):4

(1) Servicio de Toxicología del Sanatorio de Niños, Rosario

Resumen

La expansión en el uso de plaguicidas en los últimos 50 años ha sido acompañada por la introducción de regulaciones tendientes a garantizar la seguridad de usuarios, consumidores y medioambiente El objeto de este trabajo es mostrar la disminución o supresión de las intoxicaciones por talio y parathión atendidas en Rosario luego de las medidas de prohibición del uso de dichos plaguicidas.
En una revisión sobre 1343 intoxicaciones agudas con plaguicidas atendidas en Rosario entre 1977 y 1985 el 25.5 % corresponden a pacientes intoxicados con talio de raticidas ( desde 32.6% en 1977 hasta 7.1% en 1985) y luego prácticamente desaparecen. (La última intoxicación registrada ocurre en 1990).
Nueve de los 10 casos letales por IAP entre 1977 y 1985 y 8 de 11 casos letales por IAP en el período 1990-1994 corresponden a intoxicación por parathión. La última intoxicación por parathión registrada en nuestro servicio corresponde a 1995.
Las intoxicaciones por talio representaron un problema sanitario severo no solo por su elevada incidencia sino también por la complejidad de los cuadros clínicos y la dudosa eficacia de las medidas terapéuticas disponibles. La gravedad de las intoxicaciones por parathión determinaron la inclusión de variantes en el tratamiento. En las 2 situaciones consideradas la prohibición de su uso determinó un rápido descenso en la morbilidad y mortalidad y las sustancias alternativas a su uso (anticoagulantes y otros COFA), si bién no son inocuas, tienen un márgen de seguridad más aceptable incluyendo el uso inapropiado (para intentos de suicidio o en accidentes).
Palabras claves: regulación-talio-parathion.

Introducción

El incremento en el uso de plaguicidas en los últimos 50 años ha sido acompañado por la introducción de regulaciones tendientes a garantizar la seguridad de los usuarios y del medioambiente.(1)
En nuestro país las medidas regulatorias de prohibición de productos de toxicidad inaceptable han sido tomadas con excesivo retraso respecto a otros países.
El objeto de este trabajo es mostrar la disminución en las intoxicaciones por talio y parathión, atendidas en Rosario luego de la prohibición de su uso.

Material y Método

El material lo constituye los registros de intoxicaciones del Centro de Toxicología Rosario (CTR), entre 1976 y 1989, y los datos del Servicio de Toxicología del Sanatorio de Niños de Rosario (Sertox) entre 1990 y la actualidad. Se utilizan resultados de otras revisiones sobre intoxicaciones agudas por plaguicidas (IAP) y del total de intoxicaciones efectuado por los autores. (2-4, y otros trabajos sin publicar)

Resultados

1. Distribución porcentual según el tipo de plaguicida, discriminada por año, de las IAP atendidas en forma personal en el CTR, entre 1977-1985.

Plaguicida

% por año


77

78

79

80

81

82

83

84

85

total

TALIO

32.6

31.9

32.9

29.6

28.8

21.3

16.3

5.1

7.1

25.5

IOC

29.2

24.8

18.5

16.3

21.1

22.4

22.4

20.5

17.5

21.1

COFA

22.2

16.2

19.7

20.3

11.5

21.3

22.4

20.5

21.4

19.1

OTROS

13.9

26.5

24.4

32.0

34.6

29.1

33.8

51.3

43.7

30.0

MEZCLAS

2.1

1.4

4.6

1.8

4.0

6.3

5.1

2.6

10.3

4.1

TOTAL

100

100

100

100

100

100

100

100

100

100

2.Descripción de casos letales de las IAP, CTR, 1977-1985.

#

Año

Edad (en años)

Sexo

Tipo de plaguicida

Motivación

1.
2.

1977

2

18

Femenino

Femenino

Parathión

Parathión

Accidental

Suicidio

3.
4.
5.

1979

33

3

45

Femenino

Femenino

Masculino

Mercaptothión

Parathión

Parathión

Suicidio

Accidental

Suicidio

6.
7.

1980

3

13

Masculino

Masculino

Parathión

Parathión

Accidental

Criminal

8.

1982

56

Masculino

Parathión

Suicidio

9.
10.

1984

4

37

Femenino

Masculino

Parathión

Parathión

Accidental

Suicidio

3. Descripción de casos letales de las IAP, Sertox, 1990/1994

#

Año

Sexo

Edad

Plaguicida

Motivación

I

1990

Masculino

60

Parathión

suicidio

2

1990

Femenino

63

Parathión

suicidio

3

1990

Masculino

68

Fenitrothión

suicidio

4

1990

Masculino

27

Parathión

Suicidio

5

1990

Femenino

37

Parathión

Suicidio

6

1990

Femenino

65

Parathión

Suicidio

7

1991

Masculino

62

COFA (no det.)

Suicidio

8

1991

Masculino

51

Parathión

Error de medicación

9

1993

Femenino

70

Parathión

Suicidio

10

1993

Femenino

80

Parathión

Suicidio

11

1994

Femenino

11

DDVP (probable)

Suicidio

Discusión y Conclusiones

Una valoración adecuada de la utilidad de los plaguicidas debe incluir no sólo los presuntos beneficios económicos que producen sino también los efectos perjudiciales para la salud y el medioambiente.
A partir de 1977 registramos datos de IAP atendidas en Rosario. Una revisión sobre el tema incluye 1343 pacientes atendidos en forma personal en el Centro de Toxicología, Rosario, en el período 1977-1985 (2). En nuestros registros incluimos todas las IAP cualquiera fuese su motivación. La motivación varía según el sexo, por ejemplo los accidentes corresponden 53.1% a hombres y 46.9% a mujeres y las diferencias mayores ocurren con la motivación suicida (hombres 27.8%; mujeres 72.2%) y la ocupacional (hombres 93.9%; mujeres 6.1%). En nuestras revisiones no consideramos si el uso que se hace del plaguicida es correcto o no. La mayoría de las IAP suceden por accidente o por intento de suicidio, es decir por un uso inadecuado de estas sustancias. Entre 1977 y 1985, el 25.5% de 1343 IAP atendidas en forma personal, en el Centro de Toxicología Rosario, pacientes internados y ambulatorios, corresponden a intoxicaciones por raticidas compuestos por talio. Estos elevados porcentajes se deben a que los raticidas más empleados en ese período contenían talio y habitualmente una cuarta parte de las IAP corresponden a raticidas. En 1977 un tercio de las IAP son por talio. La prohibición de su uso como raticida se realiza en 1979 (SAGYP. Resolución Nº 2047 y Disposición SNSV 10/79, 20/09/79) pero su participación porcentual en las IAP recién baja abruptamente en 1983. (Ver cuadro 1). Hasta 1987 existen algunos episodios por los raticidas que aún quedaban en poder de los usuarios. En 1988 y 1989 no registramos ningún episodio de intoxicación por talio y el último paciente registrado corresponde a 1990 (una tentativa de suicidio con cuadro severo). Las intoxicaciones por talio representaron un problema sanitario severo en Rosario, por su elevada incidencia, por la complejidad de los cuadros clínicos que ocasionaba y por la escasa eficacia de las medidas terapéuticas disponibles, como el escaso valor de los quelantes. Por ejemplo, el dietiltiocarbamato está contraindicado ya que produce una peligrosa redistribución del talio en el sistema nervioso central (5,6). Otros recomiendan la hemodiálisis, la diuresis forzada y la administración de azul de Prusia. La utilidad del azul de Prusia es dudosa, también, ya que se basa en datos en animales o en escasos y mal documentados casos en humanos (7,8) incluso, no ha sido aprobado por la FDA ni está disponible para la venta en EEUU. El cloruro de potasio que podría aumentar la eliminación de talio (9) tiene resultados controvertidos ya que agravaría síntomas neurológicos(10). El talio tiene circulación enterohepática lo que determinaría la utilidad de múltiples dosis de carbón activado para su tratamiento(11, 12). En la última paciente intoxicada con talio atendida en 1990, utilizamos dosis repetidas elevadas de carbón activado preparado según sugerencias de la FDA (30 gramos en 240 ml de sorbitol), con resultados aparentemente buenos (mejoría clínica y disminución rápida de la taluria). En EEUU el uso del talio como rodenticida se prohibió en 1965 (14 años antes que su prohibición en Argentina).
En Rosario y su zona de influencia han existido entre 1977 y 1994, más muertes por parathión que los 21 casos mencionados en nuestros registros (Por ejemplo las personas que murieron sin llegar a recibir atención médica).
La tasa de letalidad representa una base útil para calcular la frecuencia de intoxicaciones. (Usando dos indicadores: uno propuesto por la OMS de 50 casos -hospitalizados y no hospitalizados- por cada defunción y otro de Baker et al, de 1 muerte por cada 500 casos, para las 21 muertes registradas en Rosario, el número total de intoxicaciones por parathión , sería entre 1050 y 10500 en los períodos considera
dos) (13).
En un estudio sobre personas expuestas a plaguicidas realizado en 1989, en zona rural de Acevedo, Buenos Aires, concluíamos que el grupo de alta exposición presentaba alteraciones clínicas y bioquímicas atribuibles al uso reciente del parathión (3). Se recomendaba reemplazarlo por productos de menor toxicidad.
La Health and Safety Guides 74 , sobre parathión, refiere que existen en el mundo más notificaciones de casos de intoxicaciones con parathión que con cualquier otro plaguicida(14). Existen numerosos episodios de intoxicación por ingestión de alimentos contaminados con parathión, que afectaron a poblaciones numerosas con elevada mortalidad. También hay notificaciones de numerosas muertes de trabajadores expuestos por vía dérmica a rocío o vapores de parathión. Todo esto sin considerar su uso en intentos de suicidio o accidentes que representa la causa primordial en nuestros datos.
En la Health and Safety Guides 74 se menciona también que debido a su alta toxicidad su uso y/o venta no está registrado, ha sido cancelado o prohibido en muchos países (China, India, Japón, Suecia, Reino Unido, Rusia, etc.). En Canadá, Israel y USA, el uso, venta y aplicación del parathión está restringida a aquellos con licencias especiales.
En Argentina en 1991 se restringió su uso en cultivos frutihortícolas (Resolución SAGYP 10/91) y recién en 1993 se prohibió totalmente (Resolución SAGYP Nº 606/93). La restricción parcial (1991) no tuvo ninguna consecuencia sobre los casos de intoxicación registrados en nuestro servicio. Si bien es cierto que luego de la prohibición de un plaguicida puede persistir en poder de los usuarios durante un tiempo, como sucedió con el talio, también lo es que si no existe un poder de control de las medidas de restricción estas no son efectivas.
La gravedad de las intoxicaciones por parathión en nuestro medio, requirieron que adecuaramos su tratamiento. Una de las medidas adoptadas fue proveernos de ampollas de atropina de mayor concentración que las que se disponían en ese momento (por ejemplo al 0.01% o 0.1% en lugar de 0.001%). Esto permitía en pacientes pediátricos no incorporar grandes volúmenes de líquidos, evitar el efecto nocivo de dosis altas de bisulfito de sodio empleado como excipiente en ampollas de atropina, y estar mejor preparados frente a la posibilidad de emergencias toxicológicas masivas por COFA. También implementamos la utilización de bombas de perfusión continua en la administración de atropina.
En síntesis. la prohibición del uso del talio y parathión determinó un rápido descenso en la morbilidad y mortalidad provocada por estas sustancias en nuestro medio. Las sustancias usadas como alternativas de estos plaguicidas (anticoagulantes para el talio y otros COFA o piretroides para el parathión) si bien no son inocuas, tienen un margen de seguridad más aceptable , incluyendo su uso inapropiado. (En los registros de IAP- correspondiente a "otros" del cuadro 1- a partir de 1986 discriminamos, warfarínicos, piretroides, carbamatos y otros)
Hasta la actualidad, la regulación de los plaguicidas ha sido emprendida individualmente por las autoridades de cada país pero dada la naturaleza internacional de diversos tratados, como la de residuos de plaguicidas en alimentos, se hace necesario la adopción de normas comunes en su regulación.
Consideramos que los datos epidemiológicos registrados en los Servicios de Toxicología deberían considerarse al tomar medidas regulatorias sobre plaguicidas u otros productos químicos (Por ejemplo, el bromato de potasio).
Las prohibiciones parciales sin adecuado poder de policía son de un valor muy limitado en nuestro país.

Bibliografía

  1. Ballantyne B, Marrs T, Turner P(Editors) (1983). General & Applied Toxicology. The Macmillan Press ltd. Great Britain.pp1133-1146.
  2. Piola JC, Prada DB (1988): Intoxicaciones agudas con plaguicidas (IAP) en Rosario, 1977-1985. En "Uso y abuso de los pesticidas en Argentina",Greenpeace Argentina , pp 12.
  3. Piola JC, Torriggino AC, Ezpeleta D, Prada DB. (1990). Estudio clínico y bioquímico de personas expuestas a plaguicidas en zona rural de Acevedo, Buenos Aires. Boletín Informativo del Colegio de Bioquímicos de la Provincia de Santa Fe, 2 º Circ, 4(42): 4.
  4. Piola JC, Ezpeleta DC. (1997). Aspectos médico-legales de la intoxicación aguda con compuestos organofosforados anticolinesterasa. Revista de la Sociedad de Medicina Legal de Rosario, 4 (6):12-17.
  5. Kamerbeek HH, Rauws, ten Ham M & van Heijst ANP (1971): Dangerous redistribution of thallium by treatment with sodium diethyldithiocarbamate. Acta Med Scand; 189:149-154.
  6. Wainwright AP, Kox WJ, House MI, Henry JA, Heaton R & Seed WA (1988): Clinical features and therapy for thallium poisoning. Quart J Med; 69:939-944.
  7. Schwartz JG, Stuckey JH, Kunkel SP, Dowd DC & Kagan-Mallet KS (1988): Poisoning from thallium. Texas Med; 84:46-48.
  8. Stevens W, van Peteghem C, Heyndrickx A & Barbier F(1974): Eleven cases of thallium intoxication treated with Prussian Blue. Int J Clin Pharmacol; 10:1-22.
  9. Bank WJ, Pleasure DE, Susuki K, Nigro M & Katz R (1972): Thallium poisoning. Arch Neurol, 26:456-464.
  10. Papp JP, Gay PC, Dodson VN & Pollard HM (1969): Potassium chloride treatment in thallotoxicosis. Ann Intern Med, 71:119-123.
  11. Lund A (1956): The effect of various substances on the excretion and the toxicity of thallium in the rat. Acta Pharmacol Toxicol, 12:1340-1344.
  12. Leloux MS, Lich NP, Claude JR (1990): Experimental studies on thellium toxicity in rats. J Toxicol Clin Exp, 10:147-156.
  13. OMS: Consecuencias sanitarias del empleo de plaguicidas en la agricultura. (1992), Giniebra.pág. 86.
  14. WHO: Health and Safety Guides 74 (1992): Parathion. Geneve.
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